Dentro de la línea de cobertura hay dos importantes argumentos, el primero es el embudo defensivo. Este son dos líneas imaginarias que unen cada uno de los palos de la portería y el ancho del medio campo; luego viene el límite del repliegue que se puede establecer a 25 metros de la frontal del área grande.

Es el embudo defensivo el que condiciona el comportamiento de la última línea. Cuanto más cerca esté el primer central en el medio campo, más fácil se le hará la cobertura al lateral de su equipo. Cuanto más próximo esté el central de la propia portería, se priorizará la defensa de su arco sobre la cobertura de su lateral.

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En situaciones de defensa de área, por ejemplo, el central evitará presionar a ese extremo rival que desborda al lateral de su equipo, siempre con el objetivo de defender el primer palo.

¿Pero qué jugador marca la altura de la línea y qué jugador es el líder de la línea (último central)? La respuesta es que no son lo mismo, son distintos roles.

El jugador que marca a la altura de la línea debe estar más cerca del balón (lado fuerte), es el que sale a romper y va sobre el ariete adversario.

El líder de la línea (último central) suele ser un jugador con capacidad de corrección sobre sus compañeros de defensa. Este maneja un gran campo visual y puede observar un mayor número de amenazas, por lo que desde ahí debe reajustar y dar correcciones a la defensiva.

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