Las calles de Doha hasta las 17:00 están desiertas. Todos están en sus casas, en sus trabajos y en los malls.

Las altas temperaturas hacen que la capital qatarí esté desolada. Pero cuando el reloj marca las 17:00 todo cambia, es por arte de magia, el sol desciende y comienza a darse una brisa que viene del Golfo Pérsico que rodea la isla qatarí.

Son las cinco de la tarde y es como una película, la gente sale rauda. Hay un lugar especial que está al aire libre y cuyo ingreso no tiene costo. Se llama el mercado de Souq Waqif, un lugar donde las personas pueden caminar libremente y echar un vistazo a un sinnúmero de cosas, pero ojo, es el único que hay y en el que se encuentra de todo, desde los shawarmas hasta montar en camellos.

A las 19:00, el mercado está a reventar y se encuentran con vendedores de ropa, telas, anillos, incienso hasta la comida de la localidad.

Caminar por sus callecitas es como entrar en la historia de migración de este país. Hay personas de India, Irán, Iraq, Turquía, Bangladesh, en nuestro recorrido, nadie nos dijo que era qatarí, todos de otra ciudad.

El ‘regateo’ también existe en este famoso mercado, donde se puede pedir rebaja, es el único lugar en el que se puede hacer esto en Qatar.

El sector de comida es amplio, es tan internacional que tiene todas las comidas, todas, pero lo que se lleva el aplauso son los shawarmas, para las personas que van de América, pareciera que solo ese plato hay en Medio Oriente, pero hay una variedad interminable.

La foto para el recuerdo tiene que ser junto a un dedo pulgar, y es conocido como Le Pouce. Es una escultura de 12 metros de alto, que está en el centro de este mercado. Está hecho de bronce, se ha hecho ícono de los visitantes, es como una obligación llegar hasta este lugar.

Esta figura existe desde el 2019 y fue hecha por el francés César Baldaccini, quien lo detalló con los surcos de la huella dactilar y una uña brillante.

Y hablando de arte, en la noche es ideal para visitar los gigantes monumentos como: La Perla y el Órix de la Corniche, la enorme araña Maman. Ojo, hay un sector que tiene 14 estatuas gigantes que está cerca del hospital de Sidra Medicine, donde se destaca el famoso Viaje Milagroos o mejor conocido como The Miraculous Journey, es la transformación de un feto en bebé.

En Qatar también hay agachaditos. No se observaban mujeres atender en todo el mercado, pero cerca de las 20:00, damas que no son qataríes sino de otros países sacan la venta de panas, jugo de uva, naranja y una especie de tortilla de harina.

No hay aglomeración, los turistas llegan, compran, mientras ellas mantienen toda su cara tapada con el velo de color negro.

Los precios no son tan caros, un jugo está cerca de los 2 dólares. La venta de frutos secos es al por mayor, hay varias bodegas que se llenan todas las noches.

Existe una plazoleta cerca de una mezquita, donde los lugareños van al rezo.

Frente al Souq Waqif está un inmenso malecón, se lo conoce como Corniche, será el lugar más visitado en el Mundial, debido a la brisa que hay y al otro lado se ve toda la magnitud de Doha. Tiene varios kilómetros para caminar, y sobre todo a un costado de las aguas del Golfo Pérsico. Se pueden alquilar canoas y botes para dar un paseo por toda la parte marítima de Doha.

Las bebidas alcohólicas no la venden en todas partes, en bares de hoteles autorizados. Una cerveza tiene un costo de 12 dólares. Los que quieren vender esta bebida deben pagar un impuesto especial.

Para el Mundial se tiene previsto vender en los Fan Fest a los hinchas extranjeros, pero con medida.

Así es Qatar, una ciudad donde la noche es aprovechada al máximo, debido a la alta temperatura. Tiene un viento seco, no hay humedad y espera desde noviembre a miles de ecuatorianos.