Sus sonados triunfos en competencias ciclísticas desarrolladas en diferentes provincias del país lo llenan de optimismo al peninsular Javier Alexander Romero Noboa, de 17 años. El deportista está seguro de que en poco tiempo logrará convertirse en un deportista de élite y participará en competencias internacionales.

Ganador de la última Copa Andina que se disputó en Cotopaxi, con un recorrido de 24 kilómetros en modalidad montaña, es considerado uno de sus mayores logros debido a que para la prueba se requiere amplia destreza y buena preparación física.

Pero ese no es el único resultado auspicioso en su trayectoria, también se ubicó segundo en el Tour Guayaco, de tres etapas y 72 kilómetros.

Romero Noboa empezó su carrera ciclística desde niño, recuerda que su padre Francisco le prestaba bicicletas para que acuda a las participaciones. Fue a los 12 años que empezó a competir y obtener importantes victorias, testigo de sus triunfos son las decenas de medallas y trofeos que exhibe a un costado de la sala de su vivienda en el sector Velasco Ibarra, del cantón La Libertad.

De padres agricultores y origen humilde, Javier Alexander sale adelante en el ciclismo y es en la actualidad un referente en la península de este deporte. El joven acude a las diferentes competiciones a nivel nacional de manera independiente o con auspicios de empresas privadas, debido a la falta de apoyo de las instituciones deportivas de la zona.

Comentó que para adquirir las bicicletas especiales que usa en ruta y montaña efectuó rifas y así pudo conseguir el dinero. “He realizado sorteos de bicicletas básicas que gané en algunas competencias, de esta manera ahorré y hasta que al fin obtuve las bicicletas que necesito para estar entre los mejores”, relató con orgullo.

Como todo adolescente, Javier Alexander tiene grandes aspiraciones en el deporte que practica, entre sus metas están llegar a representar al Ecuador en los Juegos Panamericanos y ser parte de equipos a nivel mundial para estar en los circuitos europeos, además augura a futuro competir en unos Juegos Olímpicos.

“Sé que puedo dar mucho más, por eso no detengo mis entrenamientos que los realizo en la playa y las montañas de mi provincia, estoy seguro de que pronto estaré entre los mejores ciclistas de mi patria”, dijo con optimismo el chico que no cuenta con entrenador y su padre es quien lo acompaña a sus prácticas.

Javier Romero, por su talento, ha sido parte de competencias en Manabí, Orellana, Tungurahua, Pichincha, Los Ríos, Guayas y, por supuesto, Santa Elena, entre otras provincias que han sido testigos de la rapidez que le imprime a su bicicleta.

Él forma parte de los equipos Shark Bike y Team Elites de Santa Elena. “Soy muy creyente en Dios y a él le debo todo, estoy seguro que llegaré muy lejos en el ciclismo y sacaré adelante a mis padres”, concluyó el deportista.