En la calle Montúfar, donde en 1958 se dio vida al Independiente José Terán, resaltan banderas y pancartas con los colores negro y azul.

La familia Santamaría es la encargada de ‘vestir’ a su casa en honor a los rayados. Orgullosos lucen las camisetas del equipo que vieron reinar en los torneos amateur y que ahora es un ejemplo en el continente.

Marco Sandoval, concuñado de José Terán, resaltó el cariño que tienen los vecinos a su familia y al equipo.

“Era zapatero y en su taller se fundó el club. Ahora ya es un equipo profesional que nos ha dado muchas alegrías. Un equipo formado por artesanos, del barrio es ahora una potencia del continente”, contó.

Más de 60 integrantes de la familia tuvieron la suerte de recibir las entradas para presenciar la final.

“Estamos listos para dar el aliento a los jugadores que son grandes personas. Tengo grandes recuerdos de todos los futbolistas que han pasado por el club”, comentó.

Don Marcos indicó que en el almuerzo previo a los partidos no puede faltar el tradicional hornado, que es otro de los secretos para no parar de alentar.

“Así nació el agrio, tortillas y hornado, Independiente es un tornado”, afirmó con alegría.

El tinte familiar también se lo vive en la Locura del Valle. Luis Umaquinga junto a su esposa e hijos lucían felices diferentes camisetas de los rayados y dejaban todo listo para la caravana hacia el estadio.

De todas las edades estaban con ansiedad de la hora del partido en el que esperaban dar el primer paso hacia el título.

Unas cuatro cuadras más adelante, su sobrina, Patricia Tipanta, en su local de cuyes, con una bandera con la palabra campeón recibía a los clientes.

“El Independiente es nuestro orgullo. Además de los triunfos deportivos hizo que aumente el turismo en el cantón”, afirmó.

Confesó que los comensales le felicitan al verla con la camiseta de los rayados y comparten su palpito, que el trofeo de la LigaPro adornará las vitrinas del Independiente.

Patricia aseguró que el cuy y el hornado dan fuerza a los hinchas rayados para no parar de cantar en el estadio.

El colorido se tomó los alrededores del estadio Banco Guayaquil con la caravana realizada por la Locura del Valle, que con cánticos al ritmo de tambores y trompetas, se hizo sentir.

Ni la lluvia que empezó a registrarse en la tarde les afectó en su misión de respaldar al equipo de sus amores.

En los alrededores del estadio se reunieron con los otros integrantes de la barra oficial y en conjunto ingresaron al escenario para disfrutar de la primera final.

Con más de dos horas de anticipación iniciaron a prender la fiesta que esperan se complete el domingo con la vuelta olímpica en el estadio Capwell.

Pero no solo los hinchas de Independiente del Valle mostraron su entusiasmo antes de la primera final de la LigaPro del presente año, lo propio hicieron hinchas de Emelec.

Y es que un grupo de aficionados azules, pese a que no tenía boletos para ingresar al estadio Banco Guayaquil, esperó la llegada de la plantilla eléctrica para darles las mejores energías.