Y un día Diego volvió. Argentina recibió a su D10S con el mismo amor de siempre. Allí, en su tierra natal, pocos son los que se detienen a analizar al Maradona persona, porque para sus compatriota tener "al mejor futbolista de la historia"  es motivo de orgullo nacional.

Era el año 1993 y el nombre del Newell’s Old Boys de Rosario copaba las portada de los principales diarios del mundo, por ser el equipo elegido por Diego Armando Maradona para su regreso al fútbol, luego de su exitoso paso por el Nápoli de Italia.

La fiesta tenía que ser completa y para ello se necesitaba que sea en aquel templo en la que la zurda del genio maravilló al mundo, una cancha de fútbol.

Se programó un partido amistoso y para orgullo de Ecuador el rival elegido para aquel histórico momento fue un equipo ecuatoriano, el Emelec de Salvador Capitano. La amistad del Toto con Jorge Solari, entrenador de Newell's, facilitó el asunto.

El partido se desarrolló sin mayores novedades. Los azules fueron dignos rivales y por más que se cuidaron de la zurda del Pelusa, no contaba con los recursos inagotables del genio, que ese día se mandó un golazo con la derecha en el minuto 70, uno de los pocos con esa pierna.

Aquel día los azules alinearon con: Emilio Valencia; Dannes Coronel (José Federico Minda), Máximo Tenorio, Iván Hurtado (Angel Hurtado), Luis Capurro; Marcelo  Morales, Kléber Fajardo, Jorge Batallas (Vidal Pachito), Marcelo Benítez (Jesús Cárdenas); Ángel Fernández y Roberto Oste (Humberto Garcés). 

Quea como anécdota el fallido intento de Garcés por intercambiar camiseta con Maradona, quien se excusó porque ya la tenía comprometida con otra persona.