Béisbol: Una niña sufre daños cerebrales irreversibles tras recibir un pelotazo
Ocurrió en un partido de las Grandes Ligas entre los Cubs de Chicago y los Astros de Houston. La gravedad de las lesiones le amenazan de por vida.
El 29 de mayo de 2019, una niña que estaba en las gradas para el partido de las Grandes Ligas, entre los Cubs de Chicago y los Astros de Houston, recibió un pelotazo en su rostro. Hoy, más de seis meses después, la lesión cerebral que sufrió y que fracturó su cráneo amenaza con afectarla por el resto de su vida.
La niña, según los reportes médicos, continúa recibiendo medicamentos anticonvulsivos. Los profesionales que atienden a la pequeña han descrito su situación como un equivalente a derrame cerebral.
Los problemas no terminarían ahí. Según continúa la descripción médica, la pequeña presenta epilepsias, períodos de falta de respuesta, terrores nocturnos y dolores de cabeza frecuentes.
Check this out! It was a SCARY & JARRING moment @MinuteMaidParks last night during #Cubs-#Astros game, when a 4 YO girl was hit by a foul ball! It happened when Cub's player, Albert Almora Jr. hit a foul line drive into the stands. Fortunately, she's OK. #khou11 #htownrush pic.twitter.com/xvrxwmV5c5
— Michelle Choi (@MichelleKHOU) May 30, 2019
El hecho ocurrió exactamente en la cuarta entrada del partido, justo cuando Albert Almora Jr. se dispuso a ejecutar su batazo. El tiro salió desviado al graderío, justo antes de golpear a la menor de dos años.
La reacción de los aficionados, jugadores, miembros del equipo y colaborados fue inmediata. En especial la de Almora, quien llevó sus manos a la cabeza a manera de consternación. Se quedó perplejo.
El jardinero tardó varios minutos en recuperar la serenidad para continuar con su turno al bate y varios miembros del equipo se acercaron a consolarle. "En cuanto le pegué a la bola, esa niña fue la primera persona con la que se cruzó mi mirada”, narró Almora, quien mencionó que apenas bateó desviado pensó que impactaría a alguien.
Tras el golpe, un hombre presente en las gradas tomó a la niña, quien lucía consciente y en justificado llanto, y se la llevó para que fuera atendida.
Al término de la entrada, Almora se acercó hasta el lugar donde se suscitó el impacto y dialogó con alguien de seguridad en la tribuna. Ambos se abrazaron, conscientes de lo que había ocurrido.
Por ahora, sólo rezo y estoy sin palabras… Soy padre de dos niños… Pero con la voluntad de Dios podré tener una relación con esta niñita por el resto de mi vida.
