Santiago Muñoz es uno de esos hinchas argentinos “enfermos” por el fútbol. Desde que tiene uso de razón recuerda alentar a Estudiantes y Esgrima de La Plata, equipo que la noche de este martes 11 de julio tenía previsto jugar ante Barcelona, en Guayaquil, por el partido de ida del repechaje de la Copa Sudamericana; de ahí que su visita a Ecuador era casi obligada.

Alumno universitario en la carrera de Leyes, Muñoz confiesa que dejó de ir varios días a clases por acompañar al equipo. Este martes caminaba en las afuera de uno de los hoteles del norte de la ciudad a la espera de ver y fotografiarse con algunos de sus ídolos.

“Es muy lindo seguir a mi equipo en donde sea que juegue, siempre y cuando las condiciones estén aptas para los gastos que amerita un viaje de estos: hotel, comida, traslado, etc. Pero sin duda es una de las mejores sensaciones”, precisó Santiago, quien explica lo que viene siendo una constante en ese país con la devaluación de su moneda. Solo el viaje a Guayaquil le costó cerca de medio millón de pesos argentinos, lo que viene siendo cerca de 1.000 dólares al cambio del dólar blue actual.

“Donde vos te lo pones a analizar, todo el gasto es muchísimo, pero siempre el esfuerzo vale la pena por Estudiantes”, dice emocionado a quien el amor por el Pincha le viene en su familia desde sus abuelos, padres, hermanos y ahora él se lo transmite a sus hijos.

Y es que es socio activo del club y cuenta que de los 7 días de la semana, 5 pasa involucrado en actividades organizadas para los socios.

“Formar parte de Estudiantes es pasar casi todo tu tiempo con el club; ser socio es tener membresías en el gimnasio de la institución, tener acceso al club de los socios, donde puedes hacer asados, nadar en las piscinas, tenemos un campo de golf inmenso... es una locura”, precisa este argentino, de 21 años.

Pero Muñoz no viajó solo, lo acompañó otro hincha ‘a muerte’ de Estudiantes, Juan Pablo Torchia, ingeniero portuario en La Plata, quien tuvo que pedir permiso en el trabajo para acompañar al equipo que alienta desde que nació.

“Por amor a Estudiantes, no hay otra explicación. Así como cometemos la locura de hacer estos viajes largos y caros, allá en Argentina también cometemos el error de ir a las canchas visitantes como Mendoza, Rosario, Santa Fe”, manifiesta el argentino, de 32 años.

Cabe recordar que en la Superliga Argentina está prohibida la hinchada visitante en los estadios, por lo que arriesgarse a ir otro reducto que no sea el suyo implica un riesgo. Aun así algunos lo hacen.

En La Plata también tienen su propio clásico entre Estudiantes y Gimnasia. Juan Pablo afirma que el equipo blanquirrojo domina más del 60 % de la hinchada en la ciudad platense y que tiene un parecido al partido entre Barcelona y Emelec.

“Nuestro clásico lo vivimos con mucho nerviosísimo, muy vibrante como el de ustedes (clásico del astillero) que es muy conocido acá en Argentina, pero nuestro partido es igual de especial y lo vivimos con la emoción de siempre”, señala.

Hasta la tarde de este martes 11, ambos proyectaban llevarse un grato recuerdo de su corta visita en la Perla del Pacífico y un episodio más de enfrentamientos entre Estudiantes y Barcelona.