El tercero y el quinto, el proceso versus la renovación. Ambos con un presente contrario. Barcelona empieza el año con problemas deportivos, mientras que en la orilla de en frente sonríen por los resultados positivos en el marcador y en la cancha.

Los toreros han podido ganar un solo partido de los cinco que han disputado. Entre buscar un nuevo reducto (el Monumental fue sancionado debido al incidente entre hinchas de la Sur Oscura), cubrir la ausencia de futbolistas importantes y el criticado desempeño en cancha, los canarios no la pasan bien.

Los nuevos fichajes no gravitan y, a pesar de que se cuidó la base, el Ídolo no juega como el último campeón. Siente la falta de Damián Díaz (quien ya volvió a las prácticas) y el bajo rendimiento de jugadores que fueron decisivos el año anterior, como Ely Esterilla, Marcos Caicedo y los de la zona defensiva.

El equipo de Guillermo Almada ganó un cotejo de cinco, perdió otro y empató tres. Facturó seis goles y recibió la misma cantidad. Más allá de la estadística, es irregular.

En la casa del subcampeón, el panorama es diferente. Cuando parecía que Emelec iba a tener problemas en acoplar sus nuevas incorporaciones a la idea de Alfredo Arias, la evolución no ha sido tenue. Tercero en la tabla, dos triunfos y tres empates marcan el progreso de los eléctricos, que han marcado siete goles y recibido tres.

Pero esto recién empieza y su DT no se vanagloria, aceptando que “hay que seguir mejorando”. Uno de esos puntos por fortalecer es la defensa, que por ratos extraña a Gabriel Achilier, hoy en México.

En la jornada que se avecina, Emelec viajará a Machala para medir a Fuerza Amarilla, mientras que Barcelona será local en el Atahualpa de Quito para recibir a River Ecuador.