¿Sabías que las 15 mil cámaras de videovigilancia que tiene Guayaquil cuentan con inteligencia artificial? Pues, a pesar de contar con esta tecnología, nunca se había utilizado hasta ahora.

Estas cámaras cuentan con una tecnología de reconocimiento facial y también de las placas de los vehículos, pero como no contaban con la información de la policía, nunca habían sido utilizadas en su totalidad.

Ahora que en Guayaquil se llevó a cabo la primera sesión del recién formado Consejo de Seguridad Cantonal, el pasado miércoles 24 de mayo, se tomó la decisión de sincronizar la información relacionada con los delitos y los delincuentes.

Con el convenio, por ejemplo, ahora las placas de los vehículos robados podrán ser detectadas, así como también se podrá identificar la actividad sospechosa de las personas que circulan en la vía pública.

LOS DEBATES QUE GENERA EL USO DE LA IA Y LA PRIVACIDAD DE LOS CIUDADANOS

Aunque la inteligencia artificial con las que cuentan estas cámaras de videovigilancia suena como una gran herramienta para combatir la delincuencia, la experiencia que deja el uso de esta tecnología en otros países puede dejar un mal sabor.

• CASO RUSIA

En Rusia, por ejemplo, el gobierno ha sido acusado de rastrear, censurar y controlar a sus ciudadanos a través del software de estas cámaras. Solo en Moscú hay 250.000 cámaras de vigilancia con ese software.

Según activistas, es cada vez más complicado evitar la vigilancia por parte de las autoridades, ya que el gobierno está monitoreando de manera activa las cuentas en redes sociales y utilizando cámaras de seguridad en contra de quienes se muestran opositores al régimen.

• CASO SAN FRANCISCO

Mientras tanto, en San Francisco, la cuna de las desarrolladoras tecnológicas, se ha prohibido por completo el uso del reconocimiento facial en estas cámaras para evitar la invasión a la privacidad de los ciudadanos.

En el caso específico del uso de reconocimiento facial por parte de la policía de San Francisco, un estudio realizado por el Centro de Georgetown para la Privacidad y la Tecnología reveló un aspecto preocupante: esta tecnología presentaba un mayor margen de error al analizar imágenes de afroamericanos.

• LAS CIUDADES MÁS VIGILADAS

Londres, por ejemplo, es la ciudad más videovigilada de Europa, y cuenta con casi 74 cámaras por cada mil habitantes. Esta cifra es superada tan solo por dos ciudades chinas: Wuxi y Taiyuán; cada una de ellas cuenta con 90 y 117 cámaras por cada mil habitantes respectivamente.

• CASO GUAYAQUIL 

El caso de Guayaquil nos pone frente a esta disyuntiva, ya que las cámaras con reconocimiento facial y de placas podrían brindar una mayor protección, pero a costa de una potencial intromisión en la vida privada de las personas.

Esto plantea un debate importante sobre hasta qué punto estamos dispuestos a sacrificar nuestra privacidad a cambio de una mayor seguridad.

Si bien, para expertos en seguridad informática como Alejandro Varas, director del sitio web ¿Qué Está Pasando Con Tus Datos?, esta es una medida necesaria por los altos niveles de inseguridad que se viven en Guayaquil, también se corre el peligro de que esta información sea mal utilizada y se pueda atentar contra la privacidad de los ciudadanos.

La transparencia del Gobierno local es un tema que debe quedar bastante resuelto en esos casos, según Varas. "La Municipalidad debe hacer un uso legítimo de estas tecnologías", afirmó.

Agregó además que la captura de datos biométricos (como el reconocimiento facial), debe garantizar la privacidad e intimidad de aquellos ciudadanos que no estén relacionados a actos delictivos. Si bien la vigilancia se ha vuelto necesaria en este contexto de violencia que vive la urbe porteña, los gobernantes deben tener mecanismos de seguridad para quienes no son sujetos de interés para los entes del orden.

Varas hace un llamado a la ciudadanía a que se exija una metodología se seguridad y vigilancia comprobada para que se demuestre que el uso de esta tecnología se haga en estricto derecho y para el uso exclusivo de la disminución de los riesgos en seguridad.

El caso de Guayaquil pone frente a esta disyuntiva, ya que las cámaras con reconocimiento facial y de placas podrían brindar una mayor protección, pero a costa de una potencial intromisión en la privacidad de las personas.