Hace nueve años Glenda Giacometti Mejía se convirtió en madre primeriza, pero no fue de un ser que salió de su vientre, sino de un ‘peludito’ cuyo amor creció en su corazón. Kodak (como la empresa que comercializa productos fotográficos) así bautizó a su mascota, un french poodle, que llegó a poner calma en los momentos huracanados de su vida.

El cachorro fue el regalo de un amigo, Fabián Maisanche. Para la joven fotógrafa fue el mayor reto de su vida convivir con alguien más, a quien debía centrar su atención. El nombre para identificar a su can le costó pensarlo varios días, hasta que se decidió por uno original que la identifica con su profesión.

Cuando Kodak llegó a su vida, poco pasaba en su vivienda, un departamento que rentaba en el centro de Ambato, provincia de Tungurahua. Sin embargo, asumió el reto de brindarle el mejor de los hogares. Así de a poco, a más de su pasión por retratar los hechos de las noticias diarias que ocurrían en la Zona Centro, también empezó a crear espacios para inmortalizar a su mascota y compañero.

En esa época, la fotógrafa laboraba en un medio de comunicación a nivel nacional. Mencionó que, en muchas ocasiones, cuando debía salir hacia la selva o ciudades que le demandarían de no tener tiempo para regresar a Ambato, llevaba consigo a su ‘hijo peludo’.

En los lugares donde iba y cuando se tomaba sus horas libres fotografiaba a su can, en especial en los espacios al aire libre. “No hay mejor fusión que la naturaleza, los paisajes son ideales para fotografiar a nuestras mascotas. Con Kodak me dediqué más tiempo para hacer estas propuestas a las familias”, manifestó la joven profesional.

En la actualidad Glenda tiene su propio estudio fotográfico al que llamó Pecas StudioFotografía, situado en Tisaleo, vía que conduce a los complejos de los clubes Mushuc Runa y Macará.

Una vez que se terminó el contrato laboral con su empresa, donde prestó sus servicios durante 10 años, con fotografías noticiosas y en donde ganó el premio Mantilla en imagen en el 2021, junto a otros de sus compañeros; decidió meterse de lleno con sus retratos de mascotas junto a sus dueños, especialmente los niños.

La fotógrafa es madre de dos nenas: de cinco y dos años de edad, quienes también son sus modelos al momento de hacer volar su imaginación. Mencionó que hacer este tipo de gráficas requieren de mucho tiempo y dedicación, ya que tanto los pequeñitos como las mascotas demandan de mucha paciencia para esperar el momento preciso para dar el clic de su cámara.

Es especializada en Argentina, donde aprendió sobre técnicas específicas para captar cada movimiento con el lente. En su estudio y fuera de él da rienda suelta a su creatividad.

Kodak ya no está en su vida, pero le agradece todo el amor que le entregó y en su honor captura con su lente gráficas de mascotas con sus dueños para que siempre conserven sus recuerdos