En estos días en que estás en casa para protegerte del COVID-19  y que tienes tiempo para preparar un menú saludable, hay un aspecto que debes tener en cuenta: no le pongas mucha sal a la comida.

Sí, baja la dosis si tu objetivo es reforzar tu sistema inmunológico. Un estudio desarrollado por el Hospital Universitario de Bonn, en Alemania, revela que demasiada sal en la dieta hace reducir nuestras defensas, eso quiere decir que nos deja más expuestos a infecciones mucho más graves.

Y no solo es una conclusión a la que se llegó luego de hace el estudio en ratones, sino que también se probó en humanos.

No se trata de eliminarla por completo, pero sí de limitar sus cantidades. Debes comer cinco gramos al día como máximo. Esa es la cantidad que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para los adultos. Es decir, no más de una cucharadita al día.

Una de las recomendaciones de los especialistas es sacar el salero de la mesa para evitar tentaciones.

Esta es una afectación más que produce el elevado consumo de sal, pues ya se conoce que aumenta la presión arterial y, por lo tanto, el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o de un accidente cerebrovascular.