Cuando el doctor Boris Paskhover recibió a una paciente que se rompió la nariz al dejar caer el celular en su cara, pensó que era el momento de investigar lo que ocurría. Ya había tenido otros casos similares relacionados con el uso inadecuado de estos aparatos.

El cirujano plástico de la Escuela de Medicina de Rutgers, en Estados Unidos, halló que la mayor parte de estos accidentes se producen en menores de edad.

Algunos de los pacientes llegaron hasta allí por golpes con estos aparatos, incluso porque alguien se los había lanzado.

Pero estas son las situaciones con menor número de casos. Las que más se repiten son las de las personas que sufren heridas o contusiones al caminar distraídas consultando algo o escribiendo un mensaje, entonces tropiezan y caen.

Aunque en gran parte de los casos no se requirió de hospitalización, los médicos que participaron en la investigación pidieron tomar este tema en serio.

Lo dicen basados en la información que obtuvieron. Hallaron que al menos unos 2.500 pacientes habían sufrido lesiones en la cabeza y en el cuello por el uso inadecuado de los teléfonos inteligentes. Esto desde 1998 hasta 2007.

Eso sin contar con los problemas de salud que se producen por el uso continuo, que genera lesiones por el esfuerzo continuo en las manos y en el cuello.

El doctor Paskhover hace una comparación: "La gente antes no caminaba leyendo una revista". Por eso, dice que basta usar el sentido común para evitar lesiones.