Para el cometimiento de su barbarie en el mundo, los terroristas del Estado Islámico se ingenian una serie de modalidades de ataque con la intención de causar la mayor cantidad de muertes e intentar poner en jaque a la población civil porque es a esta a quien ataca. No son tan valientes de enfrentarse a un militar o policía. El más reciente caso ha ocurrido en Nueva York, una ciudad que conoce la mano asesina del terrorismo. Debe ser difícil para los ciudadanos salir a la calle y tener que mirar a todos lados buscando que ningún vehículo conducido por un terrorista los arrastre bajo sus llantas, como ha ocurrido también en algunas ciudades de Europa,

Inés Bravo