L o que sucede entre Venezuela y la OEA es lamentable. Por un lado, Maduro insulta al secretario general Almagro diciéndole traidor y agente de la CIA y este le contesta que es un dictadorzuelo y también traidor, términos que no deben utilizarse tratándose de personas que representan a un país y a una organización de países latinoamericanos.

No se puede mezclar la política con la diplomacia, hay que respetar sus reglas y saber que son funcionarios que deben solucionar los problemas con el diálogo y el acercamiento mutuo para respetar los estatutos de la Carta Democrática que se está tratando en estos días en la OEA y limar las asperezas en un ambiente diáfano.

Existe un contexto favorable para fortalecer el diálogo y los cancilleres reunidos en Washington han emitido opiniones para que ello ocurra y quede esclarecido el problema que enfrenta Venezuela como país firmante de este organismo.

En esta primera reunión no participó Luis Almagro, tendrá que hacerlo cuando vaya a votarse la resolución y se defina con los 24 votos exigidos para su aprobación. No es posible todavía anticipar resultados, pero se espera que salga consolidada la democracia y se instaure poderosamente en todos los países de nuestra región.

Eduardo Rodríguez Vaca