En su casa, el arte era tan común como el pan. Hijo del reconocido artista ecuatoriano Humberto Moré, Tony Moré creció entre los lienzos, óleos y acuarelas de su padre. Sin embargo, el día que conoció el constructivismo, su vida dio un giro de 360 grados.

Para aquel entonces, tenía varias obras a su haber, todas en acuarela, y se encontraba estudiando Arquitectura. No obstante, este estilo, que nació en la época industrial rusa y que prioriza las formas y los colores sobre la realidad, tocó sus fibras.

“Antes del constructivismo no había ninguna tendencia plástica que tenga que ver con lo desconocido, que solamente tenga que ver con la mancha y con el color... Me interesó porque tenía que ver con la arquitectura y también con la Revolución Industrial, dos cosas que son prominentes en mi obra”, relata.

Los creadores de su época no sintieron la misma atracción por este estilo. Moré acepta que este no caló tan hondo como lo hizo, por ejemplo, el realismo. Pese a esto, ahora, al cumplirse cien años de la creación del constructivismo, decidió rendirle un tributo con una exposición en la que priman los principios y característica del género.

La muestra cuenta con 19 piezas elaboradas en acrílico y trabajadas en los últimos meses. Será de tipo itinerante y visitará varias ciudades, entre ellas Quito, Cuenca y Ambato. Su flamante apertura será en Guayaquil el próximo 8 de mayo. Los lienzos estarán abiertos al público en el lobby del Teatro Sánchez Aguilar hasta el 24 del mismo mes.

Al preguntarle si no cree que el público pueda considerar que el concepto está superado, es enfático. “El arte contemporáneo actual es un facilismo, no se demuestra la verdadera habilidad del artista”.

Añade que, debido a esto, ha planificado la exhibición como una especie de escuela de este estilo que, espera, influya en el público. “Quiero hacer de este un género vigente y qué mejor manera de aprovechar que se cumplen 100 años desde su creación”.

MTN