A traves de la danza se busca rescatar el folclor ecuatoriano

Pasacalles, sanjuanitos y rituales amazónicos son los ritmos que practicarán los niños de 10 a 15 años inscritos en el taller de danza folclórica que ofrece el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo cada sábado de abril.

La actividad busca intercambiar los conocimientos ancestrales, tradicionales y folclóricos ecuatorianos, con el objetivo de enseñar a los participantes el valor cultural de las danzas tradicionales de la Costa, Sierra, Oriente, y a la vez pulir los movimientos escénicos que caracterizan a los bailes indígenas del Ecuador.

La instructora será la licenciada, especializada en folclor ecuatoriano, María Esther Arias, quien explica que con este curso se busca rescatar la cultura, costumbres y tradiciones, “para poder preservar nuestras raíces, poder valorarlas”, dice.

La mujer, que ha hecho investigaciones acerca de las diferentes culturas y comunidades de las regiones del país, conoce la difícil tarea que es promover el arte en la actualidad.

“Estamos tan apegados a la tecnología, claro que es una ayuda, un avance, pero al mismo tiempo una involución porque nos demanda mucho más tiempo, y no le damos espacio a la cultura, a leer, a conocer sobre la interculturalidad”, indica.

Para ella, la intercultura conjuga diferentes conocimientos y de esa comunión lo importante es desarrollar el buen vivir, para que eso suceda hay que conocer.

La docente explica que con la danza, cada región tiene un ritmo y baile típico. Está el pasacalle, y el pasillo que son típicos de la Costa, el sanjuanito, yaraví o el pasacalle corrido, que son de la Sierra, y en la Amazonía lo que se estila son los rituales: baños de purificación, transmutación. “Una metamorfosis del hombre con la naturaleza”, acota.

Para el curso, que inicia hoy, la docente explicará sobre la indumentaria típica del Ecuador y su inspiración en los tiempos de la Colonia, por ello los jovencitos aprenderán además de la historia del arte, de Europa, colonización.

“En la ropa cada color tiene un significado, los collares que se usan también”, agrega. El uso de la trenza lo atribuye a una forma de protesta, pues es un símil al encadenamiento que sufrieron sus antepasados. (F) KSG