Una de sus nietos -tuvo 28- interpretó ‘La vie en rose’, su canción favorita. Un amigo -de los cientos que tuvo- recordó algún momento particular de su larga vida. Un colega -de los tantos que respetan su memoria- reconoció la importancia de su trayectoria... Y hasta alguien leyó el poema que uno de sus nueve hijos le compuso un determinado día.

Todo esto como parte de una sesión emotiva preparada por los 100 del nacimiento de José Santos Rodríguez (+). El lugar de la cita, el auditorio Simón Bolívar, en el Palacio de Justicia.

Un lugar adecuado. Un sitio determinante en su profesión de jurisconsulto, al que muchas veces, en su calidad de profesional, acudía cada día a velar por la justicia, como lo reconoció Byron López Castillo, que en su calidad de colega y amigo, tuvo la oportunidad de exaltar su memoria durante esta sesión.

El auditorio recibió no solo a los amigos, familiares y colegas de su época, también a exalumnos y conocidos de sus hijos.

El programa permitió que Isidro Plaza Cobos, presidente de la fundación cívica y cultural José Santos Rodríguez, agradeciera al Cabildo de Guayaquil la designación, en su sesión del 15 de abril de este año, de una calle con el nombre del homenajeado, sino que pidió que se erija un monumento en la Facultad de Leyes de la Universidad de Guayaquil, donde destacó como catedrático.

La concejala Luzmila Nicolalde recitó el poema ‘Aún no suena la campana’, que su hijo Arturo Santos Ditto le compuso. Mientras que Marigloria Cornejo Cousin destacó algunas cualidades del catedrático, jurista y político ecuatoriano.