El domingo, la segunda temporada de la serie Big Little Lies —creada por David E. Kelley, basado en el libro homónimo escrito por Liane Moriarty— finaliza por HBO, a las 22:00.

Las protagonistas lucharon para superar traumas y aceptar ciertas decisiones. Durante estos siete capítulos vimos cómo algunas relaciones se rompieron, la lealtad dejó de existir, mientras las amistades verdaderas se ponían a prueba.

Ahora Celeste (Nicole Kidman) indagará a Mary Louise (Meryl Streep) sobre un evento trágico de la infancia de Perry (Alexander Skarsgård), mientras que Madeline (Reese Witherspoon) sufre la preocupación de que su mentira esté destrozando a las cinco de Monterrey, como se llama a estas mujeres.

La historia puso foco en un tema no tan abordado en la pantalla chica: las tensiones que viven féminas de mediana edad con niños en la primaria, los malabares entre la maternidad y la búsqueda de éxito profesional.

A todo se suma la relación con las exparejas, que puede ser desestabilizadora, la violencia doméstica y hasta las situaciones de abuso sexual.

En la segunda entrega de este drama estadounidense, el plato fuerte fue la incorporación de Streep como la madre de Perry, quien llega a Monterrey —pueblo en el norte de California— y altera la rutina.