Fue sorprendente la ausencia de los medios en una rueda de prensa llevada a cabo el 30 de noviembre de este año, en la Universidad Andina Simón Bolívar. La finalidad era opinar acerca del proceso que se estaba siguiendo en el Legislativo en torno a la Ley Orgánica de Código de la Salud.

Pudimos conocer que ese y otros eventos persiguen la construcción de una política de Estado en esa área tan importante y que la iniciativa surgió como consecuencia de la forma superficial y apresurada con que tan importante materia es manejada en la Función Legislativa, puesto que ahí se ha decidido despachar el trámite en el mes de diciembre, olvidando que el asunto a tratarse merece la confluencia de los distintos sectores, públicos y sociales, en condiciones de presentar propuestas y dialogar para sentar las bases de lo que debe ser una gestión responsable, duradera, aceptada y consolidada.

Lo curioso es que, pese a la ausencia de medios, el encargado de hacer el planteamiento intervino ante la asistencia de personas interesadas, profesionales de la medicina y las ciencias sociales, profesores y estudiantes. Manifestó en su exposición los puntos fundamentales relacionados con el derecho a la salud de los ecuatorianos y se refirió a las amenazas al sistema de seguridad social ante la posibilidad de impulsar, desde el Estado, un proceso de privatización de los servicios de salud, que puede excluir, aún más, a la población vulnerable del país.

También se refirió a la ambigüedad respecto de temas como el aborto y otros derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y los adolescentes, a las amenazas a la estabilidad laboral de los trabajadores y profesionales de la salud y a la incertidumbre sobre las políticas de acceso y uso racional de medicamentos, especialmente ahora que el Ecuador se apresta a participar en el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea.

La salud, hecho de gran preocupación social, demanda una mayor atención, y los intentos por elevarla a la categoría de política estatal merecen reconocimiento y difusión.

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