En octubre de 2015, Marlene estaba en el dormitorio viendo televisión cuando escuchó ruidos que la condujeron a la cocina de su vivienda, ubicada en la urbanización Ciudad Colón, al norte de Guayaquil. De pronto un sujeto la apuntó con un cuchillo, lo que la asustó y corrió a pedir auxilio. La rápida acción evitó que robaran sus pertenencias, algo de lo que no pudieron librarse el pasado domingo ella y otros vecinos.

Tras regresar, alrededor de las cinco de la tarde, notaron la cerradura de la puerta principal forzada y el interior de la casa hecho un desastre. La escena no le dejó dudas a Juan Carlos Llerena, hijo de Marlene, que habían sido ‘visitados’ por la delincuencia. “Creemos que entraron después de la llovizna. Tipo cinco de la tarde, porque encontramos las huellas de lodo”, detalló Ángel Llerena, hermano de Juan Carlos.

La chapa de la puerta principal tenía indicios de haber sido limada desde el interior. “Se llevaron objetos pequeños, ya que la entrada está blindada con multilock”, dijo Juan.

Tras el incidente de octubre, Llerena incorporó un cerco eléctrico en la parte trasera. A pesar de eso y al pago mensual de seguridad, fueron asaltados.

Según las víctimas, los antisociales forzaron una caja fuerte de la cual se sustrajeron relojes, celulares, joyas y dinero en efectivo. El perjuicio ascendería a 25.000 dólares.

Otras tres casas de la urbanización también fueron estruchadas. Se conoció que uno de los propietarios estaba de vacaciones. Los afectados indicaron que la administración y la directiva no se han pronunciado, mientras que la empresa de seguridad ignora lo sucedido.

“Los mismos guardias conocen todos los movimientos”, prosigue Llerena. Resaltó que la policía no halló nada fuera de lo normal en las grabaciones. Ayer, un guardia indicó que desconocía lo sucedido.

Tras conocer el caso, elementos de Criminalística acudieron al sitio para recoger indicios en una primera vivienda, lo que alertó a la familia Llerena de lo sucedido en su casa. ACB