Los restos de la policía Verónica Mireya Songor Tapia ya están rumbo a su ciudad natal, Loja. Allí serán velados en la casa de sus padres y luego sepultados en el cementerio de esta provincia.

Verónica, Verito o Fibrita como la llaman sus familiares, amigos y compañeros fue baleada el pasado 9 de octubre, mientras estaba de turno en una Unidad de Policía Comunitaria (UPC) de Socio Vivienda 1 en el noroeste de Guayaquil.

En aquella arremetida hecha con fusil por dos delincuentes, quienes también dejaron varios panfletos con amenazas en contra de la Policía Nacional, la joven lojana, de 24 años, recibió siete impactos de proyectil, el ataque se realizó con fusil.

Aproximadamente a las 09:00 de este lunes el ministro de interior, Juan Zapata, arribó hasta esta dependencia de la institución para estar presente en las honras fúnebres y darle su apoyo emocional a los familiares de la uniformada.

El funcionario reveló que en lo que va del año 59 policías han perdido la vida mientras cumplían sus funciones, entre ellos Verónica Songor y el sargento segundo Eduardo Perlaza Cevallos abatido durante un enfrentamiento en Santo Domingo de los Tsáchilas la madrugada de este lunes 17 de octubre.

"Cada vez que tenemos un héroe policial caído tenemos que hacernos estas reflexiones: la policía debe estar equipada y sobre todo un llamado a la justicia, los responsables ya están en sus manos. Estamos trabajando con el Ministerio de Defensa y vamos a hacer uso de lo que tenemos", afirmó

Luego de la misa de cuerpo presente, oficiada por el sacerdote Francisco León los restos de Songor fueron retirados de la capilla, paseados por el patio del Cuartel donde el ministro Zapata le hizo entrega de la bandera tricolor al la madre de la joven, mientras que el gorro policial fue entregado a su padre por el general Fausto Salinas, comandante de la Policía Nacional.

A las 10:45 el féretro con el cadáver de la lojana partieron hacia su tierra natal.