Un estudio de la Organización Internacional para las Migraciones, en el que participaron ecuatorianos, muestra que el tráfico ilícito de personas, se han adaptado al contexto tecnológico para continuar con sus operaciones, aumentando el riesgo para los migrantes.

“Las redes de tráfico de migrantes cambian de modus operandi constantemente y se valen de las tecnologías para llevar a cabo sus actividades”, explica la oficial de investigación del Programa Regional sobre Migración Mesoamérica-Caribe de la OIM, Estela Aragón. Esto ha conllevado a que los ‘coyotes’, como se los conoce, oferten sus servicios a través de plataformas como Tik Tok o monitoren el viaje vía mensajes de texto.

“Hay un riesgo importantísimo de estafa. (Los migrantes) ni siquiera tienen a un persona en frente y muchas veces se realizan los pagos y reciben el servicio de manera ilícita”, continúa Aragón e indica que al estar ausente en el trayecto migratorio, los coyotes pueden cortar el contacto cuando sea conveniente para su seguridad, de modo que la persona migrante “asume todo el riesgo” del viaje que está realizando.

Sin embargo, según sus encuestas realizadas a migrantes, entre ellos a ecuatorianos, las redes sociales también tienen sus beneficios en este contexto. El informe de Organización Internacional para las Migraciones señala que los encestados rescataron que las redes, la geolocalización y demás herramientas les sirven para acceder a información sobre las rutas, mapas y la posibilidad de estar en contacto con su familia.