Las figuras no cobrarán vida como en la película ‘Una noche en el museo’ protagonizada por Ben Stiller. Tampoco se escucharán ruidos ni aparecerán héroes queriendo revivir sus hazañas.

Pero los asistentes al recorrido nocturno que se realizará el domingo 5 de diciembre en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito podrán apreciar las figuras y esculturas permanentes. Conocerán más de 100 años de historia de la edificación, en la que se distingue una escultura con casi 25 años de historia: la ‘Cabeza’ de la serie ‘Rostros enajenados’, ubicada en el hall. Marcelo Aguirre la hizo con chatarra repujada y piedra.

La caminata iniciará a partir de las 18:00. Para los asistentes, que debían registrarse en un formulario de reservas en las redes sociales del Centro de Arte, se rememorará la historia del edificio, que data de 1900. Las áreas iluminadas, los 10 pabellones, los patios, los pasillos de piedra y madera del espacio de alrededor de 15.000 metros cuadrados recibirán a los visitantes por al menos una hora y media.

Pablo, un profesional de 34 años, opina que “es una propuesta interesante para conocer la historia de la ciudad”.

El trayecto estará disponible para grupos de 15 personas y un máximo de 60 visitantes, respetando normas de bioseguridad como uso de mascarilla y desinfección. Tres mediadores harán de guías.

El espacio fue creado inicialmente para ser el sanatorio Vicente Rocafuerte, que recibió a enfermos de tuberculosis y fiebre amarilla. La construcción fue solicitada por el entonces presidente Eloy Alfaro.

Se ubica en el tradicional barrio San Juan, conocido por su mote con chicharrón y quesadillas. En honor a sus moradores hay una sala de exhibición permanente con fotos, historias y recuerdos. El edificio neoclásico dejó de ser sanatorio en 1922.

Su construcción se llevó a cabo por partes y finalizó en 1929, a cargo del Batallón de Ingenieros Montúfar. Estefanía Carrera, la responsable del área de Museología Educativa, dice que a los visitantes se les mostrará la capilla, las habitaciones de tropa y oficiales que estuvieron hasta 1932, año en el que se produjo la guerra de los cuatro días (guerra civil que se saldó con 2.000 fallecidos entre civiles y militares).

El espacio de exposiciones temporales también fue casa de salud de las Fuerzas Armadas y taller de artistas. Desde 2011 está abierto a todas las prácticas artísticas. Pero hubo un momento en que el edificio fue ocupado informalmente por unas 61 familias desposeídas que vivieron en ese espacio por 27 años dedicadas a la carpintería, jardinería, mecánica y panadería.

En 2002 también se lo quiso convertir en cárcel. Con lujo de detalles se enterarán los visitantes este domingo.