La austeridad se evidencia de a poco. El gobierno reduce sus gastos pero los valores aún son elevados. La Presidencia de la República es un ejemplo. Entre enero y diciembre del año pasado, la entidad dirigida por Lenín Moreno gastó 25,4 millones de dólares para sus actividades cotidianas.

De ese valor, según el portal de Transparencia de la Presidencia, 25,31 millones de dólares se destinaron a gastos corrientes como salarios, pago de servicios básicos e Internet. Menos de 93.000 dólares se invirtieron.

El presupuesto original de la Presidencia ascendía a 29 millones. Es decir, se registra una reducción de un 13 % de lo originalmente asignado para la entidad.

En septiembre de 2017, el presidente Moreno emitió el Decreto Ejecutivo 135, denominado de austeridad. En ese documento se pedía una reducción de gastos corrientes y la eliminación de beneficios como el pago de telefonía móvil para la burocracia y la disminución de egresos por viajes nacionales e internacionales. En el texto también se solicitó que se reporte constantemente sobre los ajustes realizados. No todas las entidades cumplen con esa disposición.

Para este año, hasta que el nuevo gobierno fije un presupuesto general del Estado, el monto asignado de forma prorrogada es de 25,3 millones de dólares.