Las últimas palabras de Antonio Santos no fueron las que dio en el escenario del Sánchez Aguilar para presentar a la actriz Mariel Córdoba, el sábado pasado, sino las que dejó plasmadas en un poema, en su camerino, antes de sufrir el infarto que le apagó la vida.

El deceso fue en medio concierto, previo al segundo acto. Así lo contó a EXPRESO el artista Nerio David. “Le tocaba abrir de nuevo. Estaba como dormido, sobre el escritorio. A su lado, el poema, el último que escribió”. Esos versos rezan: “Soy de todo lo que no ancla, fugaz como los ojos que persigo, al final de la calle, doblando ya el adiós”.

Santos fue dramaturgo, poeta, cantante, bailarín, director y actor de teatro, cine y televisión. Nació en España, en 1943, pero llegó a Ecuador hace más de cinco décadas.

“Se nos fue entre acordes de violines y tangos. Allí, en ese camarín confidente de sus sueños, donde transcurrió su vida. En pie ante una audiencia, hasta el último instante de su vida, como siempre lo estuvo”, escribió la cantante Mariel, hermana de Nerio, después del show, que no se detuvo pese al hecho.

La presidenta de la Casa de la Cultura, Núcleo del Guayas, Rosa Amelia Alvarado, amiga entrañable de Santos, dijo haber perdido un hermano. Contó también que él sufría de hipertensión. Sus restos se velan desde ayer en esa entidad. Hoy está previsto el sepelio, en el Cementerio General. BIMP