En los allanamientos se halló más de lo esperado. El pasado 8 de febrero la Policía de Ecuador y Colombia ejecutaron operativos simultáneos para capturar a Wilder Emilio Sánchez Farfán, alias el Gato; considerado como uno de los mayores narcotraficantes del mundo y el blanco de mayor valor para el Estado ecuatoriano. 

Mientras en Pasto, Colombia, Farfán era interceptado -cuando conducía su vehículo- por la Policía colombiana, en Ecuador se desarrollaban varios allanamientos a sus propiedades. 

Fue en una de estas donde encontraron a la pieza clave que deja en evidencia la presencia de la mafia albanesa en Ecuador: al ciudadano de ese país Artur Rrapaj, de 37 años y con antecedentes penales en su país.

El albanés, con pasaporte caducado hace 10 años, y que fue detenido en una vivienda de propiedad de Farfán, en Samborondón, tenía en su poder 319.000 dólares, teléfonos satelitales, dispositivos GPS. 

Según la Función Judicial, el extranjero hoy se encuentra detenido por el presunto delito de enriquecimiento ilícito. Sin embargo, durante la audiencia de flagrancia, la defensa de Artur Rrapaj, quien tiene arraigo social en Ecuador,  justificó que el dinero encontrado en su poder era parte de un préstamo que realizó a una empresa que tiene como capital 10 millones de dólares, pero hasta ese día no presentó la documentación.

Un medio albanés hizo eco de la detención del extranjero Artur Rrapaj y detalló que desde la década de 2000, la llamada mafia albanesa ha enviado "emisarios" a América Latina. Concretamente en México, Ecuador, Colombia y Perú. Rrapaj nació el 15 de marzo de 1986 en la ciudad de Fier, uno de los principales núcleos industriales de Albania, ubicada en el noreste de ese país.

Según una investigación de Insight Crime, una fundación dedicada al estudio y a la investigación de amenazas para la seguridad nacional y la ciudadana en América Latina y el Caribe, el objetivo era comprar cocaína barata. Asimismo, una fuente policial reveló al medio digital Primicias que los albaneses, radicados en Ecuador, se esconden detrás del perfil de empresarios relacionados con la exportación de alimentos. Pero ellos serían realmente los responsables de arreglar los detalles logísticos para llevar la cocaína a Europa.

Pese a que Inteligencia policial no tenía identificado al albanés Rrapaj, como parte de la estructura del Cartel Nueva Generación que, según las investigaciones policiales es liderada por Sánchez Farfán, su captura da pistas de una relación que ya se venía rastreando. Los uniformados han identificaron que la mafia albanesa que opera en Guayas trabaja con el Cartel Nueva Generación. Es por eso que la presencia en Ecuador del albanés no sorprende,  más bien le da fuerza a la hipótesis que los investigadores vienen desarrollando.