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Guadalupe Llori, agosto 2021
Presidenta. Guadalupe Llori quiere que los contribuyentes le paguen un carro como a todo el mundo.Asamblea Nacional

PK y el correísmo: algo más que un romance de verano

Instantáneas legislativas: los compañeros de ruta siempre se vuelven a juntar 

1. El enemigo común

Pachakutik y el correísmo hallaron un motivo más para andar tomados de la mano: Fernando Villavicencio. Ambas bancadas lo quieren fuera de la presidencia de la Comisión de Fiscalización. En el caso del correísmo las razones son obvias: fueron investigaciones de Villavicencio las que condujeron a sus principales líderes a la cárcel o a la clandestinidad. Pero... ¿Pachakutik? Por el momento, el motivo de disputa parece insignificante: los carros de lujo que la presidenta de la Asamblea Guadalupe Llori, quiso comprar, ahora quedó claro, para su uso particular.

“Todos pueden tener vehículos excepto Guadalupe Llori”, se quejó la presidenta este fin de semana en Shushufindi. Con aplausos respondió la multitud, como cuando su coidearia Rosa Cerda soltó su “roben bien”. “Hoy estoy utilizando mis propios carros”, dijo Llori, así, en plural, y dispuesta a demostrarlo con informes de sus choferes como si fuera una cosa de no creer. Porque los carros de la Asamblea, contó, hay que empujarlos. Sin embargo no se ha iniciado, y lo juró con un “jamás” enardecido, ningún proceso para comprar otros nuevos.

“Eso es falso”, respondió Villavicencio en un tuit con documento por delante: “copia certificada” que demuestra que el proceso para comprar cuatro vehículos (no seis, como denunció inicialmente el también integrante de Fiscalización, Bruno Segovia) se inició efectivamente el pasado 30 de julio. Con Segovia, representante azuayo de Minka por la Vida, las cosas son más complejas porque él llegó a la Asamblea como miembro del bloque de Pachakutik.

Ahora Llori va tras los dos: presentará una queja formal por “amargados”. Tal cual. Los acusa de haber ejercido (y aquí se pone solemne antes de adoptar el vocabulario oenegecista) “odio y violencia política contra una mujer amazónica”. Mientras tanto, Villavicencio desempolva documentos. No los de los carros: otros más comprometedores de cuando Llori era prefecta de Orellana y que confieren a las palabras de Rosa Cerda (“no se dejen ver las cosas, compañeros”) una nueva dimensión profética.

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Guadalupe Llori presentará queja en contra de Fernando Villavicencio

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2. A revivir octubre

Mientras tanto, la alianza entre el correísmo y Pachakutik (con la entusiasta participación de la Izquierda Democrática) parece bien consolidada para aquellos temas que reclaman unidad ideológica. Ya se puso a prueba a la hora de rechazar el Ciadi y arremeter contra la Corte Constitucional, por estéril que tal operación resulte. Las tres bancadas se volvieron a juntar para salvar el pellejo de la legisladora Rosa Cerda, cuya incitación a cometer delitos contra los bienes públicos (“roben bien”) quedó en la impunidad, con apenas una suspensión de 15 días decidida no por la Asamblea sino por su partido.

El caso reveló las profundas afinidades entre PK y el correísmo. Escuchar, por ejemplo, a Salvador Quishpe o a su coideario de Cañar Joel Abad cuando arremeten contra el periodismo, al que acusan de haber “sacado de contexto” las palabras de Cerda con fines de linchamiento mediático, es volver a los tiempos de Fernando Alvarado en la Secretaría de Comunicación y Carlos Ochoa en la Superintendencia. Estas afinidades van más allá del parlamento e incluyen, por ejemplo, el apoyo a Jorge Yunda en la Alcaldía de Quito a cambio de cargos estratégicos.

Ambos partidos comparten, además, una fecha refundacional: octubre de 2019. Cierto es que en aquel momento Salvador Quishpe acusó al correísmo de tomarse la protesta indígena pero esa es solo una de las mil cosas que el legislador de PK ha olvidado de su pasado político. Este martes, cuando el presidente de la Conaie, Leonidas Iza, amenazaba en rueda de prensa con revivir octubre, asambleístas de su partido estaban ahí para respaldarlo.

Lo que se viene ya está escrito: cualquier iniciativa económica del Gobierno que se oponga a las consignas fundamentalistas de la izquierda (eliminación de subsidios, creación de nuevas modalidades de contratación, reformas fiscales, acuerdos con multilaterales...), será sistemáticamente bloqueada por una Asamblea cuya presidenta, Guadalupe Llori, debe su cargo a una alianza con el partido de gobierno pero que cada vez parece menos dispuesta a traicionar su naturaleza.

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Pachakutik y la Conaie superan sus diferencias y salen en busca de más adherentes

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