
Tras los pasos del difunto
El oficio se ha modernizado. Ahora, estos personajes se enteran de un fallecimiento, por accidente vial, por ejemplo, en el mismo momento en que este se ha reportado.
“A cinco minutos de pedir pista...”. Esta referencia que bien pareciera el diálogo entre la torre de control y el piloto de una aeronave, no es tal; se trata, sí, de la conversación en clave entre el enfermero de un hospital y el tramitador de una funeraria de las tantas que existen en la ciudad. Significa, en buen romance, que el doliente está a punto de partir y que el moderno ‘comemuertos’ -tramitador en castizo- debe apresurarse para abordar a la familia.
Así es como, en muchos casos, se manejan las cosas en este negocio de los contactos entre la familia del recién fallecido, o por fallecer, y algunos de los servicios exequiales que se ofrecen en Guayaquil.
Estos tramitadores se ubican en las afueras de los hospitales y de la morgue, y se las ingenian también para escabullirse del control y confundirse, entre la familia, en las salas de emergencia o de cuidados intensivos de algunas clínicas privadas. Por un cliente, el incentivo que recibirán varía entre los 100 y los 300 dólares.
‘Comemuertos’ es una palabra truculenta con la que, tradicionalmente, se conoce a estos personajes porque deben demostrar indolencia donde hay angustia, y habilidad para convencer en un momento de negación ante la inminencia de la muerte.
En las calles Julián Coronel y Alfredo Baquerizo, a pocos metros del ingreso a la Emergencia del hospital Luis Vernaza, está Fernando, no quiere fotos ni que publiquemos sus nombres. Él tiene 10 años en este oficio y dice que las comisiones que recibe son más jugosas que los 400 dólares que ganaba al mes arando la tierra en Salitre, a 42 kilómetros de Guayaquil.
“Nos llaman ‘comemuertos’ y también cuervos, pero no es tanto así. Nosotros tenemos sentimientos, desgraciadamente así es nuestro trabajo”, refiere un tanto desconfiado por nuestra presencia. Esta actividad les puede generar ingresos de entre 200 y 300 dólares a la semana. Solo en las afueras de ese hospital operan dos o tres de estos personajes.
Su labor consiste en identificar, con la agudeza de un ave rapaz, a quienes viven la angustiante experiencia de saber que un familiar está por morir. “Nosotros los ayudamos a decidir qué hacer. Mucha gente no tiene idea de qué gestiones tiene que realizar. Los contactamos con la funeraria que se encarga de todos los trámites”. En Guayaquil están registradas 36 funerarias, según el Directorio de Empresas y Establecimientos (DIEE) 2016 INEC.
Antes de partir para trasladar unos cargadores de sepelio que le acaban de solicitar, Fernando explica que tramitan el acta de defunción, el cofre, la sala de velación, la formolización y las flores por precios asequibles que, en el mejor de los casos, pueden llegar a los 700 dólares.
Pero estos personajes no están solos. Tienen competencia. La parte del pastel también la quieren los modernos ‘comemuertos’, como nos confió la administradora de una funeraria en el sector, aunque ella tampoco quiere ser identificada, pues “este tema es muy espinoso”.
- ¿Tanto así el temor?
- “Por supuesto. ¿Qué, quiere que vengan a hacerle algo a mi local o a mí?”.
- No queremos eso.
¿Y quiénes son estos modernos ‘comemuertos’?
- “Son quienes reciben las llamadas de auxilio o las escuchan. Cuando muere alguien en un hospital, en un accidente o por un hecho violento, llega también un tramitador de funeraria”.
- Es porque alguien le avisó
- “Lógico. En la calle, casi junto con las patrullas o las ambulancias llegan ellos para buscar a los familiares en caso de muerte.
- Esta información debe tener un valor.
- “No me crea a mí, averigüe. Pero mis empleados refieren que se paga hasta 300 dólares por cada difunto que se consiga”, susurra ella.
Y es que la tajada del pastel es apetecible. Según el Anuario de Estadísticas de Salud: Camas y Egresos Hospitalarios INEC 2016, en Guayas hubo 7.382 defunciones hospitalarias ese año. En el caso de las muertes violentas, solo en Guayaquil fueron registrados 1.008 decesos.
A nivel nacional, fallecieron 13.129 personas en hospitales del sector público; en el sector privado con fines de lucro, 3.575; y, en el privado sin fines de lucro, 3.575. Es decir, 19.313 muertes, una media de 52 por día.
Sin embargo, hay entidades, entre ellas el Cementerio Patrimonial o el IESS, que ofrecen servicios exequiales, pero que no requieren de los tramitadores. “Nosotros no buscamos a las personas que han fallecido. Somos un referente y la gente nos llama cuando un familiar ha muerto para que la ayudemos”, dice Jacqueline Bowen, de la Junta de Beneficencia de Guayaquil.
Incluso, agrega, hay personas que ya tienen un espacio comprado en otro cementerio de la ciudad, pero que prefieren realizar el acto de velación en las salas de la Junta por su ubicación estratégica en el centro de la ciudad. “Los atendemos y luego los trasladamos al cementerio con el que tienen contrato, refiere.
Y mientras haya gente muriendo en las salas de emergencia, o en las pistas y calles teñidas de sangre, los ‘comemuertos’ también seguirán trabajando, ya sea a pie o en un moderno vehículo, ‘velando’ para que nuestro paso de aquí a la eternidad sea, a los ojos de nuestros deudos, lo más placentero posible.
“Nuestro personal no tiene vínculo con funerarias”
Es un secreto a voces, aunque muchos no quieran tocar el tema, de manera frontal, por temor a represalias. Algunas funerarias llegan a pagar hasta 300 dólares a quien les brinde información puntual sobre una muerte o la posibilidad de que esta ocurra.
En el caso de un accidente en la vía, nuestras fuentes refieren que se pagaría hasta $ 300 de aliciente. La Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) ha rechazado que exista un vínculo entre las funerarias y su personal uniformado. “Los trámites fúnebres son realizados por los familiares con la aseguradora o entidad funeraria de su elección”, informó su Dirección de Comunicación.
La Autoridad de Tránsito Municipal (ATM) coincide e indica que “en caso de que se conozca alguna situación, háganla conocer para realizar los correctivos respectivos”, dijo a EXPRESO uno de sus voceros.