En las ocho áreas que lucen abandonadas, la basura se acumula por semanas. Los moradores dicen que el Municipio acude solo ciertos meses.

Los parques que se olvidaron

Los 13 parques que rodean a la sexta etapa de la ciudadela Samanes, ubicada en el norte de Guayaquil, están vacíos y, según sus moradores, existe la posibilidad de que sigan así por mucho tiempo más.

Son las 16:00 y los niños están de vacaciones, pero ninguno sale a jugar.

Los 13 parques que rodean a la sexta etapa de la ciudadela Samanes, ubicada en el norte de Guayaquil, están vacíos y, según sus moradores, existe la posibilidad de que sigan así por mucho tiempo más.

Ocho de esas áreas verdes lucen descuidadas, están llenas de basura o las luminarias son tapadas por las ramas de los árboles que no han sido podados, pero otras cinco están en buenas condiciones, sin embargo, tampoco hay vecinos que las utilicen con regularidad.

“Este parque está bien cuidado, pero como usted ve aquí nunca viene nadie y los moradores que tienen llaves solo los usan como un paso más corto hacia sus casas, no como una zona en donde sus hijos se pueden entretener.

Para eso está ahora el parque Samanes”, relata Gisela Plaza, habitante de la décima herradura. “Estos parques se han invisibilizado, hemos olvidado que realmente están ahí”, admite la vecina.

Los moradores coinciden en que la percepción sobre esos parques ha cambiado, a tal punto que los habitantes de todas las herraduras a donde desembocan esas áreas han decidido cerrar su acceso con rejas y a esas puertas les han puesto candado. Los han aislado.

“Los cerramos porque eran una entrada directa a la inseguridad. Lugar vacío y que lleva a la calle principal es la combinación perfecta para un escape. Muchas veces suelen romper los candados”, menciona Pedro Mendoza, de la manzana 947.

Francisco Muñoz, otro morador, lo corrobora. Él relata a EXPRESO que con sus vecinos decidieron cerrar el parque hace dos años porque habían sujetos que ingresaban a robar los accesorios de los vehículos.

“El parque de allá es más grande y tiene más juegos. Ahí se puede caminar y trotar con tranquilidad y está bien iluminado. Definitivamente estas áreas se han perdido dentro del barrio”, indica Silvia Cevallos, de la manzana 953.

En un recorrido realizado por este Diario se pudo constatar que muchos vecinos prefieren sacar a sus niños a jugar en las calles de la herradura, no a los parques cercanos. Y cuando quieren ir a un área verde, ninguno de esos espacios se perfila como primera opción.

“Ya los chicos solo piden permiso para ir a ese parque (Samanes) porque es más seguro. No están acostumbrados a usar los otros”, dice Plaza.

Entre las posibles soluciones que proponen los vecinos para recuperar estos espacios es que se refuerce la seguridad alrededor de ellos. Solo así accederían a sacar los candados y recordar que los parques están ahí para activar la vida en comunidad.

“Samanes está deteriorado”

A pesar de que los moradores aseguran que prefieren llevar a sus hijos al parque Samanes, también están conscientes de que varias partes están dañadas.

“Samanes está deteriorado. Varias partes de la pista para trotar están dañadas y algunos juegos no se han reparado. Aún así es más seguro estar ahí”, dice Isabel Mestanza, una vecina.

Este problema fue abordado por EXPRESO el pasado 21 de agosto y ahí el director de Inmobiliar, Nicolás Issa, informó que se realizarían “arreglos inmediatos”, algo que aún no ha ocurrido.