El exjugador y exentrenador holandés, Johan Cruyff, recibió ayer un homenaje póstumo de Barcelona, la ciudad que le adoptó y donde pasó algunos de sus mejores años vitales y profesionales.

En un Saló de Cent del Ayuntamiento abarrotado, la alcaldesa de la capital catalana, Ada Colau, entregó a Jordi Cruyff y a Danny Coster, el hijo y la viuda de Cruyff, la Medalla de Oro del Mérito Deportivo por haberse convertido “en un embajador deportivo de Barcelona en el mundo” y por utilizar el fútbol como “una poderosa herramienta de inclusión social”.

Su hijo Jordi, visiblemente emocionado, pero también muy orgulloso, agradeció “un reconocimiento a un hombre que amaba mucho Barcelona y Cataluña”.

Pero las palabras más cariñosas del acto las pronunció el expresidente del Barcelona Joan Laporta, que regresó al consistorio de la Ciudad Condal para glosar la figura de su amigo, fallecido de cáncer el pasado 24 de marzo.

“Johan vino aquí y nos condujo hacia la felicidad. Fue el inspirador del mejor Barça de la historia”, destacó del técnico del mítico ‘Dream Team’, que consiguió la primera Copa de Europa.

Laporta destacó que Cruyff era como persona igual que como jugador: “Era carismático, con una personalidad desbordante, muy listo, valiente, intuitivo, competitivo, comprometido con la ciudad, generoso y con una especial sensibilidad por las personas que sufren”.

Entre los presentes, estaban exfutbolistas del conjunto azulgrana como Carles Puyol, los hermanos Óscar y Roger García, Santi Ezquerro, Lluís Carreras y Jesús Mariano Angoy, yerno de Cruyff. EFE