Operacion Aletheia
¿Hay entre los jueces y miembros del poder judicial brasileño lectores apasionados por las preguntas y disquisiciones de Aristóteles o de Heidegger? A las seis de la mañana del pasado viernes, un operativo policial llegó a la residencia del expresidente Lula en Sao Bernardo do Campo. El exmandatario fue llevado a declarar mientras más de 200 agentes de la Policía Federal y 30 auditores de Hacienda, en un operativo que ha sido llamado, precisamente “Aletheia”, ordenado por el juez Sergio Moro desde Curitiba, registraba su casa, la de su hijo Lula Fabio “Lulinha” en Sao Pablo y se daban allanamientos en Guarujà y en Atibaia, donde se supone existen propiedades del expresidente. En total se cumplieron 44 órdenes judiciales en los estados de Sao Pablo, Río de Janeiro y Bahía.
“Aletheia”, nombre del operativo del viernes, forma parte de la operación “Lava Jato”, que intenta esclarecer el escándalo de corrupción y sobornos que involucra a Petrobras, la mayor empresa estatal de América Latina, cuyos ejecutivos habrían desviado más de 3.200 millones de dólares, contaminando a empresas como Odebrecht y a políticos de todos los partidos, los últimos cuatro expresidentes de Brasil, entre otros, y poniendo en una crisis mayor al Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, cuya destitución aparece en el horizonte.
“Aletheia” quiere decir en griego, según el corresponsal de prensa que informó de la noticia, “búsqueda de la verdad”. Desde la etimología, Heidegger dice algo diferente, “lo des-cubierto” que se muestra.
En todo caso, las implicaciones del operativo han golpeado fuerte al mundo político y financiero brasileño. Lo que está en juego es el mayor escándalo de corrupción de la democracia brasileña, que afecta no solo a los exmandatarios de corte liberal sino también a los de izquierda, como Lula y Dilma Rousseff.
La corrupción aparece como convidado obligado de gobiernos y figuras que un día prometieron, mesiánicamente, cambiar desde cero la cultura y las prácticas de los países para una transformación social sin precedentes.
colaboradores@granasa.com.ec