Naciones Unidas pidió a las autoridades de Venezuela que permitan a la gente participar mañana en el referendo simbólico convocado por la oposición, y que garanticen que las fuerzas de seguridad no usarán fuerza excesiva contra los manifestantes opositores.

Grupos de oposición dicen que tras meses de protestas los venezolanos deberían poder expresar su opinión sobre el plan del presidente Nicolás Maduro de reescribir la Constitución, con una votación prevista para el 30 de julio.

“Instamos a las autoridades a respetar los deseos de aquellos que quieran participar en esta consulta y garantizar los derechos de las personas a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica”, dijo la portavoz de la ONU Liz Throssell en una rueda de prensa en Ginebra ayer.

Las solicitudes de asilo presentadas por ciudadanos venezolanos se han “disparado” a 52.000 este año frente a las 27.000 de 2016, indicó la agencia de refugiados de la ONU. Esto representa “solo una fracción” de aquellos que necesitan dejar atrás la violencia y la escasez de alimentos.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, por su parte, dijo que el Gobierno de Venezuela y la oposición deben dialogar de forma “urgente” para poner fin a la violencia.

Alrededor de 100 personas han muerto y más de 1.500 han resultado heridas desde que empezó una ola de protestas en abril. La relatora especial de libertad de asociación de la ONU, Annalisa Ciampi, dijo estar muy preocupada por la violencia de la policía y la Guardia Nacional Bolivariana.

El policía venezolano Óscar Pérez, quien el pasado 27 de junio atacó la sede del máximo tribunal de justicia con granadas desde un helicóptero, apareció sorpresivamente el jueves en una concentración de la oposición y tras breves declaraciones huyó rápidamente en motocicleta.

“Es hora de que este narcogobierno caiga, el 18 de julio un trancazo general nacional sin retorno. Hora cero, la consulta popular se hará con dignidad”, declaró el también piloto.