
Las Nustas: mas que un titulo, un compromiso real
Si bien la parroquia lleva el nombre de un santo, sus pobladores se identifican como descendientes de los puruháes.
San Juan, en Riobamba (Chimborazo), eligió a las cuatro ñustas que acompañarán las fiestas del Inti Raymi y las conmemoraciones de parroquialización. El fin de semana pasado, la Unión de Organizaciones Campesinas de San Juan (Ucasaj) realizó el evento de elección, pero bajo la cosmovisión andina.
Laydi Ochoa, de la comunidad Tambo Hushca, fue designada Inti Ñusta; Lizeth Paca, representante de Pisicat, es la Allpa Ñusta; Gabriela Chagñay, de Ballagán, es la Yacu Ñusta, y Tanya Espinoza, de Pisicat Bajo, Wayra Ñusta.
Las ñustas representan a los cuatro elementos fundamentales de la vida, sin orden jerárquico, porque todas tienen un papel importante en la parte espiritual de las conmemoraciones.
La Inti Ñusta representa al Dios Sol: está presente en la época de la cosecha y es quien coordina las celebraciones. La Allpa Ñusta simboliza a la Tierra; Yacu Ñusta al agua, y la Wayru Ñusta al viento. Cada una tiene su importancia en los cuatro Raymis que celebran los pueblos andinos en el año y que coinciden con los solsticios y equinoccios.
Con este evento se resaltó la verdadera significación de lo que es una ñusta en la cosmovisión andina, indicó José Parco, director del área de Interculturalidad del GADM de Riobamba. “El concepto tiene que ver con la feminidad de la Tierra, la fertilidad de la Luna, su relación con la Pacha Mama, eso es una ñusta”, aseguró.
Según las crónicas de Guamán Poma de Ayala, ñusta era un término quichua que se manejaba desde la época incaica. Era una persona seleccionada desde muy corta edad dentro de la familia y el pueblo.
El evento de elección, organizado por la Ucasaj, tuvo dos momentos. El primero, la presentación de las candidatas ante los asistentes para mostrar su dominio de la lengua quichua, la indumentaria y la simbología tradicional de cada comunidad; se acompañaron de danzas originarias y elementos propios de la chacra, como el tostado, las papas, el maíz y la chicha.
El segundo, la aparición con vestimentas como las que usaban sus abuelas y madres.
Todas estas alegorías fueron acompañadas con grupos de música andina que cantaron a la cosecha, a la vida y al Sol. De esta manera, se fusiona la parte cultural y el talento de artistas de las comunidades.
Al día siguiente, a las cuatro de la mañana las ñustas recibieron su investidura, luego del baño ritual Sugukpamba, en el Pogyo de San Andrés, lugar considerado sagrado por los pobladores. Ahí los taitas y las mamás realizaron la purificación de la ropa.
A través del baño fueron limpiadas de las malas energías y recibieron su vestimenta y fajas con las cuales se acredita la responsabilidad conferida.
María Cecilia Naula Mullo, oriunda de Columbe Colta, desde 2012 es la diseñadora de la faja Cagueñay, que se ciñe a la cintura de las mujeres indígenas. Para esta ocasión realizó las cuatro fajas en orlón puro y elaboró diseños exclusivos para cada dignidad, en los cuales plasmó figuras ancestrales y elementos significativos del pueblo Puruhá.
Su vestimenta consiste en un anaco negro que representa a la tierra labrada; el sombrero blanco, por la pureza de la mujer; la blusa blanca (bordada según cada comunidad) indica las nieves del Taita Chimborazo; el tupo (prendedor) de acero, las orejeras y las washcas (collares) resaltan la belleza de la mujer; y la bayeta de lana de borrego, cuyo color varía de acuerdo con la designación alcanzada.
Al final, las ñustas realizaron una ofrenda a la Pacha Mama para pedir sabiduría y conocimiento; solo entonces sellaron el compromiso con el pueblo. Esta es la parte más ancestral y cosmológica del evento. (F)