Obra. Las Torres Petronas, de 452 m de alto en Kuala Lumpur, Malasia.

Los nuevos tigres de Asia

En un artículo anterior propuse la posibilidad de convertir a Guayaquil en un Estado autónomo del Ecuador siguiendo, en parte, el ejemplo de Singapur, un pequeño-Estado que se ha convertido en una de las grandes potencias económicas del mundo.

En un artículo anterior propuse la posibilidad de convertir a Guayaquil en un Estado autónomo del Ecuador siguiendo, en parte, el ejemplo de Singapur, un pequeño-Estado que se ha convertido en una de las grandes potencias económicas del mundo. Un amigo extranjero me contestó que mucho tiene que ver el elemento humano con que cuenta Singapur y el que tiene Guayaquil. No me he resignado a esa objeción. Considero que es cuestión de leyes y de interés para sacar adelante a nuestro país del pozo en que se encuentra ya que el socialismo del siglo XXI que se trató de implantar ha sido un fracaso, como en los pocos Estados donde se aplicó. Si se logra legislar para dar facilidades a la inversión extranjera, a la habilitación de puertos y aeropuertos y más detalles que se logró imponer en Singapur, podemos llegar a ser una ciudad autónoma, centro de negocios del Pacífico sudamericano.

Los caminos a seguir. Para reforzar mi tesis, encontré unos datos muy interesantes: hay varios países del sudeste asiático que están imitando a China y están aplicando la receta de crecimiento que ese país ha usado: mejorar la infraestructura, mayor productividad y facilidades para la inversión.

Vietnam, Myanmar, Camboya y Laos son los nuevos polos industriales que se han ganado el título de “nuevos tigres asiáticos”. Tengamos en cuenta que tres de estos países, Vietnam, Laos y Camboya pasaron del sistema socialista y planificado a economías de libre mercado. En cuanto a Myanmar, después de una larga dictadura, se impuso un sistema de liberalismo económico. La receta no fue complicada: Pasaron de sistemas centralizados a un modelo basado en el mercado abierto, con estímulos al desarrollo de la empresa privada que se tradujo en inmensas inversiones y con las facilidades que dieron para la llegada de compañías multinacionales.

El crecimiento de estas economías llevó una serie de beneficios para sus poblaciones: hay más oportunidades de trabajo, crecen los ingresos, hay una optimización de los empleos y más personas se trasladan a las ciudades, lo que les permite acceder a mayores servicios públicos, como salud y educación.

Los entendidos al analizar la transformación de estos países concluyeron que con el cambio de políticas llegaron las inversiones a estos países, que derivaron en mejor infraestructura y más productividad. Los cuatro se convirtieron entonces -casi automáticamente- en lugares atractivos para las empresas multinacionales, que sumado a los bajos costos laborales decidieron instalar sus fábricas en estos destinos.

Copiando a China. Estas medidas fueron las que tomó China. Después de décadas de crecimiento del PBI impulsado por la industrialización y las exportaciones, el Gobierno decidió transformar su modelo económico y fomentar el consumo privado para que sea este el nuevo motor de la economía.

Ahora que pronto va a comenzar un nuevo gobierno, espero que no vayamos a seguir el ejemplo del socialismo del siglo XXI. Para ser un buen gobierno, se pueden adoptar ejemplos que están dando resultados y el sistema adoptado por los nuevos tigres asiáticos puede perfectamente seguirse en el Ecuador o probar mi propuesta de declarar a Guayaquil puerto autónomo, aunque eso demanda mucha valentía, sobre todo para los asambleístas provenientes de nuestra provincia, que luchen demostrando que no es egoísmo sino un acto que favorecerá al Ecuador entero.