Rayan, el pequeño de 5 años que el pasado martes cayó a un pozo de 32 metros en la localidad de Chefchaouen, fue rescatado sin vida tras cinco días de arduo trabajo para intentar sacarlo.

Para su rescate se cavó un pozo paralelo a aquel donde se encontraba el niño, para luego acercarse a él a través de un túnel excavado a mano. En todo momento los rescatistas intentaron mantener vivo al niño enviándole comida, agua y oxígeno a través de un tubo, pero jamás pudieron comprobar si Rayan seguía con vida.

Tras lograr sacarlo del pozo, Rayan fue trasladado a una ambulancia, donde lo esperaban sus padres. Un helicóptero con material médico estaba en el lugar para un eventual traslado. Hasta última hora había esperanza de rescatarlo con vida.

Un familiar del niño explicó que en un momento que escucharon sollozar al menor ataron un celular a una cuerda y lo hicieron descender con la cámara encendida. Rayan lloraba y pedía que lo rescataran, explicó.

El Gabinete de la Casa Real de Marruecos extendió un comunicado justo después de sacar al infante del pozo y agradeció los esfuerzos de todos los rescatista que trabajaron a lo largo de cinco días sin descanso.

Este no es el único caso, en España en 2019 un niño de dos años llamado Julen, murió tras caer en un pozo abandonado de 24 centímetros de diámetro y más de 100 metros de profundidad en Andalucía. Tras una operación de gran envergadura, los restos del menor fueron rescatados trece días después.