Rusia expresó este 18 de octubre su decisión de profundizar y fortalecer las relaciones con Ecuador tras las elecciones presidenciales extraordinarias celebradas este fin de semana, en las que triunfó el joven empresario ecuatoriano Daniel Noboa.

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"Rusia saluda el exitoso ejercicio de la libertad de expresión y de la voluntad democrática en Ecuador. Confirmamos el enfoque de principios en el desarrollo y el fortalecimiento de las relaciones entre nuestros países", señaló el Ministerio de Exteriores ruso en un comunicado.

La diplomacia rusa indicó que "según las informaciones disponibles, las elecciones se llevaron a cabo sin violaciones graves" pese a la tensa situación social en el país latinoamericano.

Noboa se proclamó este domingo ganador de las elecciones presidenciales en Ecuador al imponerse en la segunda vuelta a Luisa González, la candidata presidencial del correísmo para esta contienda.

Esto convierte a Noboa, de 35 años, en el presidente electo más joven de la historia de Ecuador y privó a González de ser la primera mujer en ganar unas elecciones presidenciales.

El presidente electo asumirá el Gobierno de Ecuador en una crítica situación de seguridad, con cifras de récord en violencia y homicidios, atribuidos principalmente al crimen organizado y a las mafias del narcotráfico.

En los últimos cinco años el país ha pasado de registrar 5,8 a 25,62 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2022, la cifra más alta desde que se tiene registro, y según expertos el 2023 puede terminar en torno a los 40, lo que situaría a Ecuador entre los países más violentos de Latinoamérica.

El auge de la violencia ha ido en paralelo al incremento de poder del crimen organizado, que ha convertido a Ecuador en uno de los puntos neurálgicos del tráfico mundial de cocaína, especialmente en el eje costero del país.

Noboa tendrá un corto pero difícil mandato de menos de año y medio ya que deberá completar el período 2021-2025 que no culminará el conservador Guillermo Lasso al haber aplicado en mayo pasado la llamada "muerte cruzada".

Con ese mecanismo constitucional, Lasso acortó su mandato y forzó las elecciones extraordinarias para evitar que la Asamblea Nacional, controlada por la oposición correísta, votase su destitución en el marco de un juicio político en el que le acusaban de presunto peculado (malversación). 

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