El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó este martes 26 de septiembre una compleja estrategia para fortalecer la salud en el país, y garantizar el acceso universal a este derecho y la autonomía del país en el sector.

Con una inversión de 42.000 millones de reales (unos 8.467 millones de dólares), la estrategia busca ampliar la producción nacional de artículos prioritarios para el sistema sanitario nacional y reducir la dependencia extranjera de insumos, medicamentos y vacunas, entre otros.

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La idea es que en 10 años el país produzca el 70 % de los insumos necesarios para el sector.

"Lo que está pasando hoy es la concreción de un sueño que teníamos pensado desde hace mucho tiempo atrás", dijo Lula durante el lanzamiento de la estrategia, en el Palacio presidencial de Planalto.

Según el líder progresista, Brasil necesita transformarse en una gran nación y dejar de lado ese complejo de "perro callejero" que lo empequeñece, para lo cual, señaló, espera un trabajo de todos para que el país crezca.

La idea del Gobierno es reforzar la prevención, diagnóstico y tratamiento de enfermedades como la tuberculosis, el mal de chagas, el VIH y las hepatitis virales, sin dejar de lado otras urgencias del sistema público de salud -como el cáncer, la diabetes, enfermedades cardiovasculares, el dengue, traumas ortopédicos y emergencias sanitarias-.

Para atender estos objetivos, seis programas actuarán como la columna vertebral de la estrategia en la que participan once ministerios y otras entidades públicas bajo la guía de las carteras de Salud y Desarrollo, Comercio e Industria, con una activa participación del sector privado.

Según la ministra de Salud, Nísia Trinidade Lima, Brasil actualmente importa 20.000 millones de dólares en productos que son utilizados en el sector, por lo que la idea es superar esa dependencia.

La salud en Brasil, dijo, representa hoy en día el 10 % del Producto Interno Bruto (PIB) del país y garantiza la generación de 20 millones de empleos directos e indirectos.

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Para llevar a cabo este plan, el Gobierno de Lula prevé una cuantiosa inversión en la que se espera que el sector privado aporte más de la mitad (unos 23.000 millones de reales o 4.637 millones de dólares).

Con estas inversiones, se espera abastecer al Sistema Único de Salud (SUS) con producción y tecnología brasileñas y frenar en un período de 10 años el crecimiento del déficit comercial de la salud que para 2013 estaba en 11.000 millones de dólares y hoy en día alcanza los 20.000 millones de dólares.

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