Con el mismo sistema de entrega en casa de una orden de pizzas o de pollos fritos, así un grupo de colombianos y otros tantos, mantenía activo un servicio de distribución de cocaína que estaba organizada mediante una estructura empresarial con una cartera de más de 2.000 clientes y 200 repartos diarios. 

En un operativo ejecutado la semana pasada, la Policía española detuvo a 28 personas, el 90 % colombianos, y desmanteló en Madrid un 'telecoca', en una de las mayores operaciones contra esta modalidad de venta de droga a domicilio.

UN MODELO IMPORTADO

Según dio a conocer la Policía hoy miércoles, los implicados habían exportado el modelo de venta de droga de Colombia. Un juez madrileño ya decretó el ingreso en prisión de los cuatro líderes de la organización.

La investigación comenzó en febrero de 2019 y finalizó el 9 de junio con 21 registros simultáneos en la capital, donde los agentes intervinieron casi cuatro kilos de cocaína, 1.300 dosis preparadas para su venta, 10 motocicletas, decenas de terminales móviles, y efectos relacionados con la venta de la droga.

La organización ofrecía regalos de fidelización a los clientes, compromisos en cuanto a plazos de entrega y garantías de calidad. La organización criminal tenía dos call center (centro de llamadas), donde recibían los pedidos de las dosis de cocaína y coordinaban el resto de la estructura criminal.

¿QUÉ PASÓ TRAS EL CONFINAMIENTO?

Una vez recibido el pedido, 25 suministradores distribuidos por toda la ciudad llevaban al domicilio o lugar de trabajo la dosis encargada, bien en motocicletas o en transporte público. Su mayor pico de ventas lo consiguieron el día de Nochevieja de 2019 con 500 repartos, según detalló hoy la Policía.

Con el inicio del confinamiento en Madrid y en toda España por la pandemia de coronavirus, la organización estableció una red de puntos de contacto en supermercados próximos al lugar de residencia de los encargados de la distribución, ya que una de las escasas salidas permitidas a la población era para comprar productos de primera necesidad.

Pero a medida que se fue relajando el confinamiento y se permitían los paseos, los distribuidores de droga "daban paseos con ropa deportiva" para entregar los pedidos y en las últimas semanas, que ya hay libertad para moverse por toda la ciudad, recuperaron su distribución normal.

Captaban a los clientes por el "boca a boca" y se da la circunstancia que algunas de estas personas eran turistas que llegaban a la capital, porque la red incluso repartía en hoteles.