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Tokio
Kabukicho, el barrio rojo de Tokio, en el punto de mira por el coronavirus.EFE/EPA/FRANCK ROBICHON

Japón: Endeudadas y empujadas a prostituirse

Un total de 116 mujeres ha detenido la policía de Tokio, desde enero a noviembre de 2023, por violar la ley contra la prostitución

Jóvenes en situaciones vulnerables que contraen deudas impagables y son empujadas a la prostitución: son las víctimas de los ‘Host Clubs’, unos negocios legales en Japón pero que están causando una alarma social creciente por sus métodos para captar clientas y explotarlas.

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Kabukicho, el barrio rojo de Tokio, es conocido por su vida nocturna y por sus numerosos establecimientos que ofrecen una amplia gama de servicios ‘de compañía’ o relacionados con el sexo, en un país que prohíbe la prostitución (definida en su legislación como practicar el coito entre desconocidos a cambio de dinero).

Entre estos negocios sobresalen los ‘Host Clubs’, bares donde las clientas acuden a conversar y beber con sus jóvenes anfitriones, y su equivalente para clientes masculinos, los ‘Hostess Clubs’. Los primeros están en el punto de mira de las autoridades por sus prácticas abusivas.

Yu Tanaka tenía 18 años cuando empezó a frecuentar uno de estos establecimientos. Pese a que no tenía edad legal para beber alcohol, fue captada por relacionistas públicas del negocio y entabló una relación estrecha con uno de sus ‘hosts’, con quien solía tomar copas, a veces hasta perder el conocimiento.

TOKIO
Apoyo. Hidemori Gen, de la asociación Seiboren, ayuda a las víctimas.KIMIMASA MAYAMA / EFE

Un día, el anfitrión le dijo que debía 1,6 millones de yenes (unos 10.200 euros) por facturas acumuladas en el club en apenas unos meses, según relata en una entrevista.

Esta cuenta vino de consumos de comida y bebida como botellas de champán que Tanaka (nombre ficticio) pedía “estando borracha” y “sintiéndose obligada a hacerlo” para corresponder a todas las atenciones que le ofrecía su anfitrión.

“No quería que él dejara de verme ni de enviarme mensajes. En ese momento pensaba que el amor se corresponde con dinero. Me dijeron que cuanto más dinero gastara, más amor podría mostrarle”, cuenta la joven.

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Tanaka no tenía familiares ni “nadie a quien acudir” cuando el ‘host’ con quien ella creía mantener una relación sentimental comenzó a acosarla para que pagara sus deudas. Recurrió entonces a una ONG que ofrece asistencia a las víctimas de esos negocios en Kabukicho.

El perfil de víctima es una joven de entre 18 y 20 años, emigrada a Tokio desde otra zona del país, quien no cuenta con un círculo social cercano y que se ha quedado más aislada a raíz de la pandemia.

“El método de captación de estas chicas es un lavado de cerebro”, explica Hidemori Gen, fundador de la asociación de ayuda a afectadas Seiboren.

  • Seiboren ha recibido más de 250 consultas desde su fundación el pasado julio, la mayoría de ellas de padres que descubren que sus hijas acumulan deudas de entre 7 y 8 millones de yenes (entre 44.600 y 51.000 euros) y han caído en la prostitución para pagarlas.

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