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Operativos. Agentes de seguridad resguardan espacios públicos de París, ante protestas ciudadanas.
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MOHAMMED BADRA

Los disturbios en Francia se encienden en las noches

El Gobierno tenía previsto reforzar la seguridad con 45 mil uniformados. Las protestas se originaron por la muerte de un joven a manos de un policía

Los disturbios que vive Francia desde la muerte de un joven a manos de la Policía el martes 27 de junio han proseguido con violentos saqueos y hasta 1.311 nuevas detenciones, aunque su intensidad, según las autoridades, ha bajado parcialmente.

La crisis, sin embargo, no ha acabado y el país se preparaba ayer para una quinta noche de altercados el mismo día en que Nahel, la víctima del abuso policial, fue enterrado en privado.

El Gobierno tenía previsto movilizar anoche a 45.000 policías, el mismo número que el viernes, aunque enviará unidades antidisturbios de refuerzo a tres ciudades que sufrieron un empeoramiento de la violencia: Marsella, Lyon y Grenoble.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, anunció el dispositivo en unas declaraciones en las que advirtió de la “firmeza” del Estado contra los alborotadores y recalcó la advertencia a los padres para que controlen a sus hijos menores de edad.

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“Hemos detenido a incendiarios de 12 o 13 años. Cuando se tiene 12 o 13 años, hay un trabajo incontestable de los padres”, recalcó, antes de advertir de que la Policía y la Fiscalía responsabilizarán a los padres por los daños que causen sus hijos menores de edad, “porque los hijos no estaban en su casa a esas horas de la madrugada.

“No hay nación sin orden”, advirtió ayer el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, tras haber mantenido una reunión en París con comerciantes y hosteleros, a la vista de los destrozos y pérdidas económicas de los últimos días.

Los daños aún no se pueden cuantificar, reconoció Le Maire, pero el Gobierno tiene constancia de una decena de centros comerciales afectados en todo el país, 200 supermercados, 250 estancos, 250 sucursales bancarias y numerosas tiendas de distinto tipo, como moda y artículos de deporte, así como restaurantes de comida rápida.

Sobre el conjunto del territorio, el Ministerio de Interior estimó que los disturbios del viernes tuvieron “una menor intensidad” que la noche anterior.

El balance de detenidos, sin embargo, fue récord: 1.311 en toda Francia. Sí se redujeron prácticamente a la mitad otros indicadores, como el número de vehículos incendiados (1.350) y el de edificios damnificados (unos 234 edificios), y el número de agentes heridos bajó de casi 300 a 79.

A falta de conocer los detalles del dispositivo de seguridad para la noche de ayer, ciudades como Marsella y Lyon, que el viernes sufrieron virulentos saqueos y desperfectos urbanos, habían pedido al Gobierno que enviara refuerzos, lo que confirmó Darmanin, ayer.

En esas ciudades del sureste se vivió una noche más tensa que en la región de París, lo que se sumaba a los desperfectos de los días precedentes, como el ataque en Marsella a la gran biblioteca municipal del Alcázar, que fue incendiada.

Esta situación cambió los planes del régimen. A la vista de la gravedad de la situación, el presidente francés, Emmanuel Macron, decidió ayer posponer la visita de Estado a Alemania, que tenía programada entre este domingo y el próximo martes, a pesar de tratarse de un viaje de gran importancia estratégica por las disensiones que viven en los últimos tiempos París y Berlín.

La decisión la comunicó el Elíseo después de que Macron mantuviera una conversación con el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier.

“Habida cuenta de la situación interna, el presidente de la República (Macron) ha indicado que deseaba poder quedarse en Francia estos próximos días. Los dos presidentes han convenido, por tanto, posponer la visita a Alemania para una fecha posterior”, señalaron las fuentes del Elíseo.

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Macron no ha hecho declaraciones públicas, pero tenía en su agenda una reunión con alcaldes de todo el país.

Sí lo había hecho el viernes, tras encabezar una reunión de la Célula Interministerial de Crisis (CIC) del Gobierno, para resaltar dos mensajes: la responsabilidad de los padres a la hora de controlar a sus hijos, ya que un tercio de los arrestados son menores, y la responsabilidad de las redes sociales en estos altercados.

“Que nadie piense que detrás de esas redes sociales hay impunidad”, avisó ayer el ministro de Justicia Éric Dupond-Moretti, en el mismo sentido.

El detonante de esta oleada de altercados fue la muerte el pasado martes de un joven de 17 años y ascendencia magrebí llamado Nahel, que recibió un disparo mortal por parte de un policía cuando trataba de huir de un control policial en Nanterre, en la periferia de París.

Las imágenes del incidente, grabadas por testigos, desataron una fuerte indignación en el país, lo que degeneró en disturbios, sobre todo en los barrios populares de las grandes ciudades y en el cinturón metropolitano de París.

El entierro del joven se celebró la mañana de ayer en privado, ya que la familia precisó que quería una jornada de “discreción” y “recogimiento” y pidió que no acudieran periodistas.

Pese a ello sí que se acercaron hasta el lugar de los funerales, en Nanterre, varias decenas de personas para mostrar su solidaridad con la familia, en medio de un ambiente tenso.