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Pedro Castillo afina su tercer gabinete en seis meses

El mandatario peruano ya acumula 14 bajas de ministros en su administración. Los nuevos funcionarios deben aliviar la crisis

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Pedro Castillo saluda a Mirtha Vásquez, quien fue su primera ministra y hoy abandona el cargo./ El PaísEl País

La falta de acción del presidente de Perú, Pedro Castillo, para atender la crisis que abruma al sector del Interior precipitó una cascada de dimisiones en su gabinete que se saldó este 31 de enero con el anuncio de la conformación de un nuevo equipo de Gobierno, el tercero desde que asumió el cargo el 28 de julio de 2021.

Fue a través de Twitter como Castillo informó sobre su “decisión” de conformar un nuevo equipo ministerial, aunque minutos después se conoció que la remodelación del gabinete respondía a la necesidad de suplir la renuncia de la primera ministra, Mirtha Vásquez, quien había dimitido horas antes y tres días después de que lo hiciera el titular del Interior, Avelino Guillén.

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Así, a las puertas de cumplir 190 días al frente del país, Castillo ya acumula 14 bajas de ministros, un reemplazo cada poco más de trece días de promedio, y se encuentra inmerso en una nueva crisis de Gobierno que lo deja, de momento, muy debilitado al quedarse sin dos de los ministros de mayor credibilidad.

Se desconoce aún cuándo se anunciarán los nuevos rostros del Ejecutivo y de qué perfil serán, y también si seguirá otro de los ministros más sólidos, el de Economía, Pedro Francke, representante como Vásquez y Guillén de la izquierda moderada en la que se había apoyado Castillo para formar su segundo gabinete hace cuatro meses. Lo que sí existe certeza es que el nuevo gabinete tendrá la misión de aliviar la aguda confrontación política con la oposición, que domina el Congreso y suma cada vez más voces a favor de la renuncia o la destitución del mandatario.

Cuando asumió la Presidencia hace seis meses, Castillo ya atizó controversia al elegir un primer gabinete ministerial conformado por un grupo mayoritariamente posicionado a la izquierda radical, con algunos de sus miembros denunciados por presuntos vínculos con el terrorismo y con graves deficiencias en paridad de género.

 En octubre, el mandatario recompuso su equipo de Gobierno y reforzó la ala más moderada con la remoción de siete integrantes, entre ellos el polémico primer ministro Guido Bellido, quien fue reemplazado por la abogada ambientalista, feminista y defensora de los derechos humanos Mirtha Vásquez. En su carta de renuncia, que compartió a través de las redes sociales, Vásquez aseveró que el Ejecutivo ha llegado “a un momento crítico” y reafirmó su “preocupación” por la necesidad de hacer reformas profundas en el Estado, pues enfatizó que si estos cambios “no se suceden, menos aún en los propios entornos del Ejecutivo, no será posible avanzar”.

La exprimera ministra consideró que su rol “se ha agotado” y que es necesaria “una recomposición del gabinete”, tras lamentar que en el seno del Ejecutivo no se hayan dado consensos “sobre el liderazgo de un sector tan importante como el Interior”, que con Castillo ya ha cambiado hasta tres veces de titular.

La inestabilidad en la que está inmerso Perú desde hace cinco años se ha incrementado con Castillo. Casi a presidente por año, el país no ha terminado de encontrar un rumbo político que pueda hacer las reformas necesarias.

El líder de izquierdas llegó al poder de forma accidentada por las acusaciones de fraude en las urnas de su rival, Keiko Fujimori, denuncias que no tenían ninguna base, pero que enrarecieron el ambiente. Una vez que tomó posesión creó un gabinete que no le ha dado mucha credibilidad a su gestión.