El ‘Hombre de overol’, como lo llaman los medios colombianos, José Orlando Sánchez Cristancho, regresó a Colombia después de cumplir una condena en EE.UU. por fraude bancario. A pesar de que fuentes de la policía confirmaron su presencia en el país, Sánchez no fue detenido ya que no existe orden de captura en su contra.

Según datos revelados por la revista Semana en 1996, el ‘Hombre de overol’ actuó como “puente permanente” para negocios entre los carteles colombianos y la mafia mexicana.

En 2001, Sánchez fue detenido en Florida, acusado de conspirar para lavar dinero. Después de seis años en prisión, quedó en libertad bajo fianza. Sin embargo, al llegar a Colombia, las autoridades descubrieron que continuó delinquiendo y realizando fraudes bancarios y lavado de activos con dinero del narcotráfico.

En 2017, las autoridades estadounidenses solicitaron su extradición y Sánchez fue condenado a ocho años de prisión por los delitos cometidos. Después de varios años en prisión, finalmente regresó a Colombia el pasado 28 de abril, y actualmente se encuentra en libertad porque, según fuentes de Migración Colombia y de la Policía, sobre él no pesa ninguna orden de captura vigente.

• ¿CÓMO LAVABA EL DINERO DEL NARCO?

Luego de recuperar su libertad tras su primera condena en los Estados Unidos, la DEA (Administración para el Control de Drogas, en español) mantuvo una estrecha vigilancia sobre los movimientos de José Orlando Sánchez Cristancho y descubrió que estaba involucrado en maniobras de lavado de activos.

Su plan consistía en comprar bienes inmuebles en los Estados Unidos, venderlos a precios inflados a compradores aliados y obtener hipotecas que no se pagaban. De esta manera, el dinero ingresado en la mafia quedaba 'limpio' y multiplicado. Para recuperar el dinero, Sánchez enviaba dólares desde Colombia a cuentas de testaferros que luego giraban los fondos a sus allegados. 

• ¿POR QUÉ LO CONSIDERAN PEOR QUE PABLO ESCOBAR?

José Orlando Sánchez Cristancho es un capo temido en el mundo de la delincuencia organizada, que dirigió el cartel del norte del Valle y fue descrito por otros delincuentes como "peor que Pablo Escobar". 

A lo largo de su carrera criminal, se ganó una reputación de sanguinario y violento que lo llevó a intimidar incluso a los jefes del cartel de Cali, Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, quienes evitaron enemistarse con él.

El poder de Sánchez Cristancho en el mundo de la mafia colombiana se hizo evidente en la segunda mitad de los años 90, cuando se conocieron grabaciones telefónicas entre los narcotraficantes Miguel Rodríguez Orejuela y Hélmer Pacho Herrera en las que hablaban con temor de este individuo. 

Según las llamadas, Sánchez Cristancho se encargaba de establecer puentes para los negocios entre los carteles colombianos y la mafia mexicana, lo que le otorgó un importante papel en la organización criminal.