El valor de un minuto

Cultivo un buen sentido del tiempo desde los queridos años del colegio. En el glorioso Vicente Rocafuerte había la costumbre, no se si subsiste, de entregar a los estudiantes con las mejores notas de cada mes, un reconocimiento impreso en un pequeño cartón, la mitad de un cuaderno, con filos dorados o plateados, que tenía en el reverso el hermoso poema Si, del célebre premio Nobel inglés: Ruyard Kipling, en la cálida versión castellana de la uruguaya Juana de Ibarbourou.

En el recuerdo de esos inspiradores versos he logrado conservar mi calma en la borrasca y saber aprovechar los sesenta segundos de un minuto.

Ahora, cuando el Ecuador no tiene tiempo por perder, conviene recordar la visión del autor de El libro de la selva y buscar obtener todo el provecho posible de cada segundo.

Por dejar pasar el tiempo sin tomar las medidas que ya se sabía eran inaplazables, los años transcurridos obligaron a que fuesen más duras y, peor todavía, hicieron posible que los manipuladores oportunistas las atribuyan a trastornos causados por el actual gobierno, pretendiendo hacer olvidar el gran saqueo y el irresponsable despilfarro de la década infame.

Observe el lector que comportamientos aparentemente superados, tal cual el irrespeto a los comunicadores sociales, vuelven de pronto a evidenciar que se mantienen vigentes. Al respecto consigno mi rechazo a las turbas y a los policías que los agredieron cuando estaban cumpliendo, a todo riesgo, con su trabajo. Eso no puede volver a suceder.

Igual ocurre con el ánimo del enriquecimiento vertiginoso. Subsiste en muchos funcionarios públicos y una de las razones para ello tiene que ver con la sensación de impunidad garantizada que parecen poseer algunos ladrones del gobierno anterior. ¿Hasta cuándo tendremos que esperar para que reciban su merecida sanción?

Y en temas que cada vez son más urgentes: ¿cuándo se reforma la ley de elecciones para impedir tener dudas sobre la pureza de las elecciones? ¿Cuándo se acaba con la negativa tabla de las drogas? ¿Cuándo vamos a dragar la ría Guayas, sus afluentes y todos los recursos hídricos? ¿Cuándo?