Cada arma que está en el país debe tener su respectivo registro y aprobación de uso por parte del Ejército ecuatoriano, que está al frente del control sobre este elemento, según la ley. Sin embargo, la misma dificultad del trámite, procesos engorrosos o limitaciones tajantes se convierten en situaciones a favor de los grupos delincuenciales para incluso contar con la renta de instrumentos de todo calibre.

“Primero porque entran de contrabando por Perú o Colombia, segundo porque no hay almacenes autorizados para la venta y tampoco se puede importar, y si queremos comprar como empresa de seguridad hay que pagar casi mil veces. Pero de ahí viene el permiso y autorización que tampoco cualquier persona de bien lo puede conseguir. Es decir, si la compras no puedes tenerla”, expuso Nelson Yépez,   representante de la Corporación Integral de Seguridad y Control de Riesgo y experto en seguridad.

Agrega también que no se debe de dejar de tomar en cuenta que los grupos delictivos tienen una gran capacidad económica que les facilita movilizar, portar, traer y por ende manipular dichos instrumentos. Especialmente porque como se mueven en acciones ilícitas, no tienen la necesidad de matricular el arma y tener el permiso de porte y tenencia de la misma.

Esta situación ha hecho que para pasar desapercibidos por la ley se establezca un mercado negro para el alquiler de las armas. “Ciertas organizaciones delictivas que se conocen entre ellos y solo dicen:    tengo un trabajo, nos vemos en tal lugar y quiero tales armas, una vez que cometen el ilícito son devueltas con el respectivo pago. Es por ello que cuando se las decomisan, en las pruebas de balística se señala que ya han sido usadas en otros lugares y en otros delitos y por diferentes personas”, resaltó Jorge Villacreses, de la empresa de seguridad privada Cuport.

Dicha realidad arrincona a las empresas, pues se mantienen con su número fijo de armas y les toca recurrir a elementos no letales, como balines, eléctricos y más.

El 80 % de las muertes violentas son por armas de fuego y la mayoría de los decesos se dan en la zona 8, que hasta ayer a las 05:00 ya tenía 1.136 fallecidos.

Así también, el corte de armas decomisadas en el estado de excepción en Guayaquil durante casi los dos meses de la medida decretada son 422 y 4.048 unidades de municiones, según el comando conjunto.

Diario EXPRESO, solicitó a la Policía Nacional el detalle del  avance de las investigaciones sobre la desaparición de 150 armas del rastrillo del comando de la zona 8. Sin embargo, desde comunicación señaló que por cuestiones de agenda se asignará la entrevista para la semana siguiente.