Manifestación. Varias decenas de dueños de licoreras y minimarkets se agolparon frente a la Gobernación.

Las licoreras tambien protestan en la calle

El mensaje aparecía en los gritos que en grupo coreaban frente a la Gobernación, escrito en las camisetas que llevaban puestas y en los carteles que exhibían: No a las clausuras, no a la restricción de horarios.

El mensaje aparecía en los gritos que en grupo coreaban frente a la Gobernación, escrito en las camisetas que llevaban puestas y en los carteles que exhibían: No a las clausuras, no a la restricción de horarios.

Eran los dueños de los minimarkets y licoreras de la ciudad, quienes, al igual que lo hicieron en su momento los gremios de propietarios de bares y discotecas, se manifestaron la mañana de ayer para pedir una ampliación de sus horarios de funcionamiento.

Las licoreras están obligadas a abrir entre las 14:00 y las 22:00, mientras que los minimarkets, de 6:00 a 22:00.

“No es suficiente. Queremos que se nos permita laborar por lo menos hasta las 24:00”, dijo Juan Remache, uno de los manifestantes, quien tiene su licorera en la ciudadela Sauces VI.

Ese era el pedido general de quienes llegaron hasta el edificio de la Gobernación, donde se plantaron en un grupo cercano a las 150 personas. Hasta ahí arribaron desde distintos puntos de la ciudad.

Estos horarios fueron establecidos por medio del acuerdo ministerial 5229, firmado el 19 de diciembre de 2014.

“Así, con tantas medidas, lo que hacen es afectar nuestra fuente de trabajo”, dijo Byron Bonilla, quien tiene una licorera en La Garzota. “Además del horario, tenemos impuestos que provoca que los productos que ofrecemos suban de precio. Muchos locales han cerrado ya por todo esto”.

Desde el 2009 una reforma ajustó los precios al alza sobre licores y cigarrillos. Según esta medida, el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) para cigarrillos pasó del $ 0,1310 por unidad a 0,15. Luego la Asamblea fijó en $ 0,16. Mientras que en los licores el impuesto subió de $ 7,24 por litro de alcohol puro a $ 12 por litro.

Una medida que, según lo anunció en su momento el Gobierno nacional, se aplica para cambiar el comportamiento del consumo.

“Si dicen que es para evitar accidentes de tránsito y la violencia, esos controles deben hacérselos de otra manera, no afectando los ingresos de las personas”, agregó William Quimí, quien preside el gremio protestante.

Medidas que se suman a las constantes clausuras a las que se exponen los dueños por parte de la Intendencia. Todo un coctel de situaciones adversas para esta actividad comercial.