El próximo 15 de octubre, casi 14 millones de ecuatorianos están llamados a participar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Durante este proceso electoral, la ley seca prohíbe la distribución, venta y consumo de bebidas alcohólicas.

En virtud del artículo 123 del Código de la Democracia, se impone una restricción de 36 horas previas y 12 horas posteriores a la jornada electoral. Esto implica que desde el mediodía del viernes 13 de octubre, a nivel nacional, hasta el mediodía del lunes 16 de octubre, se mantendrá una prohibición rigurosa en relación al alcohol.

Si no se respeta esta restricción, habrá consecuencias significativas. Quienes sean vistos en estado de embriaguez o consumiendo alcohol en lugares públicos durante las elecciones podrían ser detenidos por la Policía Nacional. 

Además, aquellos que ingresen a los centros de votación bajo los efectos del alcohol o provoquen disturbios en estos lugares enfrentarán multas sustanciales, que representan el 50% de una remuneración mensual básica unificada, aproximadamente $ 225.

Por otro lado, los intendentes y comisarios tendrán la responsabilidad de aplicar sanciones administrativas a los locales, incluyendo la clausura de establecimientos que violen la Ley al distribuir o vender bebidas alcohólicas.