Estamos frente a un proceso eleccionario que será crucial, pues estamos obligados a despertar para decidir el rumbo del país y por ende reescribir nuestra historia. Se torna necesario analizar a cada candidato sin dejarnos engañar, pues si se habrán dado cuenta todos usan el mismo y trillado discurso que se vuelve irrelevante porque nadie habla de cosas puntuales.

Yo personalmente busco un candidato que se comprometa y esté dispuesto a derogar el decreto que nos obliga a todos los ecuatorianos a mantener de por vida a quienes fueron inquilinos de Carondelet. No estoy ni estaré de acuerdo en que tengan sueldos vitalicios y peor aun sin ser juzgados de acuerdo a la ley por los presuntos actos de corrupción que se denuncien.

Mi candidato debe estar presto para exigir que el sueldo de cada asambleísta no debe ser mas allá de $ 3.000 mensuales y con un requisito sine qua non que sirva a la vez como condición: de que si en 6 meses no ha fiscalizado a los corruptos teniendo pruebas, y/o no ha presentado un proyecto de beneficio al pueblo, pues causa suficiente para que se vayan a sus casas.

Votaré por el candidato que haya entendido que política es el arte de gobernar en beneficio de los demás y no un arte para robar más.

Juan F. Idrovo Martínez