El proyecto neocomunista del Foro de Sao Paulo depende del tráfico de influencias. Todos los negocios del fisco costean al partido único de la revolución. Las empresas estratégicas del estado (Petroecuador, Petrobras o PDVSA) se conectan a la vena del ‘proyecto político’. ‘El ensayo marxista reduce el Estado a corporación clientelar financiando el aparato de propaganda con el presupuesto nacional’, dice John Saul. La bonanza histórica de $ 350.000 millones se consumió en este revolucionario tráfico de comisiones, sobreprecios, elefantes blancos, lavado de activos, peculados, sobornos y coimas sin los cuales es imposible la supervivencia del ensayo totalitario.

Paul Tapia Goya