Los casos de corrupción que cada día saltan en Ecuador, especialmente aquellos en los que se relacionan a altos cargos de la administración pública, evidencian una ambición desmedida.

Es impresionante, especialmente cuando las personas involucradas hablaron de “socialismo” y aparentemente se identificaban con esa tendencia.

Disfrazaron la ideología con nombres llamativos, como socialismo del siglo XXI, y en muchos casos se ha constatado que el membrete lo utilizaron para transformarse en burgueses millonarios. La mentalidad socialista se entendió durante mucho tiempo como guía para un sistema moderado de vida, incompatible con viajes en aviones privados, pago de guardaespaldas, características estas de una vida de millonarios que los socialistas dicen combatir.

Se esperaría que una persona moderada, luego del ejercicio del poder viva con la pensión vitalicia que el estado otorga a sus exmandatarios, pensión que les permitiría vivir dignamente como corresponde a una persona que ha ocupado un puesto de esa naturaleza, pero la realidad nos dice que los socialistas, en nuestro caso, solo buscan la manera de ser exactamente iguales a aquellos que califican de explotadores: carros de lujo, viviendas de lujo, ostentación de viajes al extranjero para “hacer compras”, etc.

Erradiquemos de nuestra política a estos oportunistas.

Ing. José M. Jalil Haas