En estos precisos momentos en que nos encontramos tan sorprendidos y asqueados de la política, no resulta nada recomendable la inusitada proliferación de candidatos para ocupar la alcaldía de nuestra hermosa Carita de Dios que, definitivamente, se merece otra suerte.

Nunca entenderemos las ambiciones políticas y personales que conllevan a payasos, locutores, deportistas, comentaristas, faranduleros, etc. que, adhiriéndose a cualquier partido político, aspiran a candidatizarse. Me pregunto: ¿Será acaso el excesivo amor a su terruño o son otras las motivaciones por las que, afanosamente, tratan de alcanzar este propósito? Su conciencia sabrá responderles.

Lo que sí es que, a decir de la gente, se debería implementar algún mecanismo dispuesto a limitar el número de participantes en dicha contienda, con lo que se ahorraría gran parte del presupuesto destinado a estas campañas; al tiempo que la ciudadanía tendría la oportunidad de conocer más a fondo a sus candidatos, investigar sus antecedentes, saber lo que piensan, analizar sus propuestas y, de esta manera, encontrarse en capacidad de decidir con mayor claridad y consistencia, cuál de ellos es el más idóneo para ocupar tan altas y delicadas funciones.

Fabiola Carrera Alemán

Quito